En una nueva entrega del ciclo “Consensos en Defensa” desarrollado por Zona Militar, tenemos el agrado de compartir la entrevista realizada a Paola Di Chiaro.

La entrevistada realiza una fuerte critica a la actual normativa de Defensa Nacional, mencionando que la misma genera una reducción del campo de uso de las Fuerzas Armadas y que su reequipamiento en este caso termina siendo oneroso. A su vez pone foco en que las alianzas de la Argentina en materia militar deben posarse sobre países que se encuadren en sistemas democráticos y de respeto a las libertades individuales.

Paola Di Chiaro es miembro fundadora de la Fundación Argentina Global. Licenciada en Ciencia Política (UBA) y diplomada en Relaciones Internacionales (FLACSO). Se ha desempeñado como Secretaria de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de Defensa de la Nación, Titular de la Unidad Estrategia de Seguridad Nacional de la Jefatura de Gabinete de Ministros, y Subsecretaria de Asuntos Globales de la Secretaría de Asuntos Estratégicos. Anteriormente, fue Jefa de Gabinete y Directora General en la Subsecretaría de Relaciones Internacionales e Institucionales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. También, asesoró a ambas cámaras de representantes en las comisiones de Defensa Nacional y Relaciones Internacionales y Culto. Asimismo, se desempeñó como Enlace Parlamentario de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales en la Cancillería argentina. Es docente de las Universidades de Buenos Aires (UBA) y de Belgrano (UB).

A continuación la entrevista.

Zona Militar – ¿Qué diagnóstico de manera sintetizada se puede hacer de la realidad de la Defensa Nacional?

PDC – El sistema de defensa argentino ha quedado atrapado en el pasado, condicionado por una visión y modelo de pensamiento propio del momento en que se promulgó la Ley de Defensa Nacional, junto con otras dos leyes íntimamente vinculadas, la Ley de Seguridad Interior y la Ley de Inteligencia.

A lo largo de los 30 años que pasaron desde la promulgación de la Ley de Defensa la realidad del mundo es sustancialmente diferente, por un lado, podría mencionar que no hay Guerra Fría, pero también que a partir de la revolución de las tecnologías se han puesto en valor nuevos elementos y prácticas a la vez que han dejado de tenerlo otros. Estos cambios se reflejan en nuevos intereses, dimensiones y prácticas globales. El ciberespacio, por ejemplo, plantea desafíos que eran impensados en la década de los noventa. Por otro lado, los cambios en el equilibrio del poder mundial se reflejan en el interés creciente de la humanidad por los espacios comunes globales, ese es otro ejemplo de los muchos que puedo mencionar. Si observamos la evolución de los riesgos globales y miramos por ejemplo el top ranking del Foro económico mundial para 2021, veremos la prioridad que ha tomado la gestión del cambio climático a nivel global. Otros indicadores nos mostrarían la incidencia global y regional de las protestas masivas, los desafíos que plantean las tendencias demográficas, la incertidumbre acerca de la gestión global de los datos, o el impacto de las tecnologías sobre el mundo del trabajo.

Nuevas realidades en términos de desafíos, riesgos y amenazas para nuestro país, la región y el mundo. Así estamos hoy, mientras seguimos con la visión paradigmática de que lo importante es el origen de las amenazas y no su impacto, continuamos creciendo en el número de organizaciones que funcionan sin coordinación, la gobernanza es pobre y el riesgo político que genera es creciente, condicionando la posibilidad de crecimiento y bienestar.

Así estamos hoy, mientras seguimos con la visión paradigmática de que lo importante es el origen de las amenazas y no su impacto, continuamos creciendo en el número de organizaciones que funcionan sin coordinación

Paola Di Chiaro

Nuestro país tiene un conjunto amplio de vulnerabilidades en materia de defensa, el desafío es identificarlas y construir capacidades en un contexto de magros recursos, por ello es preciso contar con una estrategia de seguridad nacional, desde donde pensar el lugar que ocupa defensa nacional. Debemos construir una hoja de ruta que nos permita encaminarnos hacia el futuro que queremos. Es necesario fusionar la investigación y la observación constante de la realidad para identificar cuales son las herramientas que necesitamos y con las que podemos contar. La defensa es una de las funciones primarias e indelegables del Estado y no la estamos cumpliendo. Debemos ser realistas, adaptarnos y actuar.

ZM – ¿Para usted, cuáles son las principales amenazas que enfrenta el Estado Nacional donde podría intervenir el ámbito de la Defensa Nacional?

PDC – El mundo es un sistema complejo, los fenómenos van generando nuevas realidades y la interacción entre los componentes resultan en un comportamiento no lineal. No hay equilibrios estables, todo es dinámico e incierto. Por ello, las amenazas son temporales y variables. Si analizamos las tendencias y estamos atentos a las disrupciones podemos identificar al mismo tiempo desafíos, riesgos y amenazas. En mi opinión, el sistema de defensa debe ser competente para observar proporcionando alertas, actuar en la prevención de todos los riesgos que afectan a la seguridad, contribuir a la seguridad internacional y combatir y ganar en el caso de un conflicto armado.

ZM – ¿Cómo evaluaría la situación del Instrumento Militar de las Fuerzas Armadas y cómo cree que debería orientar la política la adquisición del equipamiento pensando en el futuro?

PDC – El diseño y ejecución de la política de adquisiciones debe realizarse considerando que, al hablar del instrumento militar y su uso, hablamos de nuestros conciudadanos, sus vidas puestas en riesgo por vocación hacia el servicio de armas y la decisión de la política nacional.

Nuestras Fuerzas Armadas están desactualizadas y carecen del equipamiento adecuado para enfrentar cualquier acción de combate que se presentase. La actual ley de Defensa y la interpretación que se hace de ella a través de los decretos reglamentarios reducen en tal manera su campo de actuación, la hacen tan específica, que su reequipamiento resulta extremadamente oneroso y muy contingente en función de su probabilidad de empleo.

Nuestras Fuerzas Armadas están desactualizadas y carecen del equipamiento adecuado para enfrentar cualquier acción de combate que se presentase.

Paola Di Chiaro

La política de adquisiciones debe ser consecuencia de una estrategia integral que contenga una nueva visión contemplando el empleo del instrumento militar en el modo que describía en la respuesta anterior, alerta, prevención y acción de combate. La contingencia puede reducirse con presupuestos plurianuales trazables, generados en el ámbito del poder legislativo, integrado con la política exterior y comercial del país.

Para contestar con seriedad debemos preguntarnos ¿Qué problemas pensamos resolver con las Fuerzas Armadas? ¿Con qué organizaciones nacionales e internacionales van a operar? ¿Qué podemos hacer para llegar al lugar dónde queremos estar? Estas preguntas deben haberse resuelto antes de encarar un programa de adquisiciones.

ZM – ¿Cuáles deberían ser los aliados naturales de la Argentina en el contexto mundial y qué ámbitos de cooperación cree que se puede profundizar?

PDC – La estuctura de alianzas de nuestro país tiene que ver principalmente con nuestra identidad y nuestros valores.  La tradición argentina vinculada con la promoción de la democracia, los derechos humanos y la plena vigencia de las libertades individuales, asi como nuestro compromiso con la paz y la seguridad internacionales nos ubica en un espacio dentro del contexto internacional que define nuestros aliados naturales. Por supuesto que los países de la región ocupan un lugar central en este contexto. La defensa, como un área estratégica, requiere tener muy presente este mapa de alianzas y promover a la profundización de la cooperación. Como planteaba antes, en este mundo tan complejo e incierto probablemente ningún país pueda efrentar solo los desafíos que se presentan.  

ZM – ¿Cómo evaluaría usted la percepción actual de la ciudadanía sobre el rol de las Fuerzas Armadas?

PDC – El tema de la defensa es de bajo impacto en la ciudadanía, como tantos otros que están en manos de la conducción política del Estado. ¿El agua que sale de la canilla es potable?, confiamos que lo es, confiamos que la educación y la salud pública son las mejores que podemos tener. Esa confianza dura hasta que ocurre una crisis, que exige la respuesta eficiente del sistema. Si no la podemos resolver y la crisis deviene en desastre, entonces la gente sufre y la confianza se deteriora. La audiencia para la defensa son los líderes, los decisores políticos, los que deben mirar la realidad, las tendencias y las disrupciones. Vuelvo a que el mundo es complejo, inestable e incierto.

ZM – ¿Cuáles son los consensos básicos que usted podría compartir y considerar con sus pares académicos, superando las diferencias de ideologías y posiciones políticas a la hora de pensar la Defensa Nacional?

PDC – Seguramente muchos, pero destaco tres puntos

La defensa es una función primordial para el desarrollo del país.

La política es responsable de administrar el presente pensando en el futuro. Necesitamos una cultura estratégica para construir capacidades.

La voluntad no es una capacidad, transformar la voluntad en capacidad requiere de decisión, programación, recursos y capacidad de gestión.

ZM – Pensando en el espacio académico como un asesor natural a la gestión política, ¿qué propuestas se le ocurren para cambiar, profundizar o mantener en la política de Defensa Nacional?

PDC – Somos muchos, hay buena gente con vocación al servicio público, no es difícil sistematizar e institucionalizar equipos interdisciplinarios ampliados. La tecnología ha facilitado el uso de la inteligencia colectiva, nadie puede pensar solo y no dejar talentos fuera de su área de atención, es esencial construir y mantener sistemas para la fusión de la información proveniente de datos de la observación de la realidad y la investigación, estos apoyan y fortalecen los procesos de toma de decisión. El mundo avanza en este camino. No podemos darnos el lujo de salir a la cancha con menos jugadores.

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6 COMENTARIOS

    • Está claro que viene del mundo académico, no tiene obligación de hablar como el kioskero de acá a la vuelta. Además fue funcionaria y no puede opinar con las palabras que usamos todos los días. Y en todo caso, debe celebrarse que dentro del ámbito académico hayan personas que se interesen por estos temas. Cuando haya una sinergia más fuerte entre la sociedad civil y las FFAA, vamos a entender que servirá para la unión y desarrollo del país. Felicito a Zona Militar por publicar este tipo de entrevistas.

  1. se nota que fue funcionaria del macrismo repite el tipico mantra de que nuestros aliados deben ser los paladines de la libertad, ergo, los anglosajones, no menciona ni una vez el tema de Malvinas ni la ocupacion británica en el atlantico sur, como si no existiera o no fuera un problema o hipótesis de conflicto a considerar, no comparto para nada su mirada, igual la entrevista esta bien.

  2. Está bueno que reconozca que hay talentos fuera de su área de atención, sin embargo eso no queda más que en palabras. Conozco a jóvenes graduados y con posgrados que tienen ganas de trabajar, con muy buenas ideas y se mueren de hambre

  3. “La actual ley de Defensa y la interpretación que se hace de ella a través de los decretos reglamentarios reducen en tal manera su campo de actuación, la hacen tan específica, que su reequipamiento resulta extremadamente oneroso y muy contingente en función de su probabilidad de empleo.” Esta claro tenemos que ir a una “Guardia Nacional” mas economica con mayor campo de actuacion (seguridad interna?) Por lo que interpreto va por una linea que propone la fucion de las fuerzas para evitar la falta de cordinacion y sacar mas provecho de los magros recursos , cero hipotesis de conflictos .
    Por cierto para nada de acuerdo.

    Muy buena la entrevista .

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