La emergencia sanitaria por COVID-19 tuvo un profundo impacto en las actividades académicas a lo largo y ancho del país durante el año pasado. En ese contexto de restricciones, las Fuerzas Armadas no fueron la excepción. Pese a que las mismas volvieron a jugar un rol clave en la asistencia a la comunidad, los protocolos establecidos por la pandemia obligaron una pausa obliga en sus institutos de formación.
En el caso de la Escuela de Aviación Militar, uno de los centros de académicos con que cuenta la Fuerza Aérea Argentina en la ciudad de Córdoba, se vio la necesidad de licenciar a los cadetes a la vez que se adoptaba un sistema de dictado de clases virtuales para abordar todas las actividades teóricas. Lógicamente, hasta que no se pudiera normalizar parcialmente la situación sanitaria, la actividad práctica quedaría reducida solo a lo necesario.
Ya con un escenario más flexible, se pudo avanzar en la reprogramación del período lectivo, habiéndose establecido los primeros días de enero para retomar con la actividad. A los fines de alcanzar una completa seguridad sanitaria para el Cuerpo de Cadetes, se estableció un protocolo que incluyó aislamiento previo para los estudiantes, test negativos y sus respectivas zonas seguras. De esta manera, se logra trabajar en una burbuja sanitaria a la cual está restringida el acceso de terceros con excepción del personal de instructores, los cuales mantienen todos los cuidados necesarios.
Con esta serie de hitos alcanzados, y a los fines de completar las prácticas pendientes del 2020, el 7 de febrero se iniciaría el ejercicio integrador en el Campo de tiro “La Cruz”, para lo cual se desplegarían los cadetes de 1°, 2°, 3° y 4° año (este último a la mitad ya que el remanente quedó en EAM asistiendo con el proceso de Ingreso 2021) junto con instructores y personal de apoyo. Habitualmente, cada año se realiza maniobra de defensa de aeródromo en el mes de septiembre, así como ejercicios de supervivencia en los distintos ambientes geográficos del país según lo planificado para cada curso, por lo cual se decidió condensar gran parte de esta actividad en las dos semanas que durará el despliegue en “La Cruz”
Esta condensación de actividades se dio en función de que el año militar no ha finalizado, habiéndose extendido tres meses para dictado de este ejercicio práctico a los fines de que los cadetes desarrollen aptitudes técnicas necesarias para adquirir capacidades exigidas para el curso posterior. En caso 4to, esto incide directamente en su egreso como oficial, habiendo cumplido con exigencias necesarias.
En el terreno
El ejercicio integrador gira en torno a las prácticas de aptitudes militares, donde se expone a los cadetes a las diversas condiciones que deberán hacer frente a lo largo de su carrera militar, algunas de ellas potenciales (como rescate en combate o evasión) y otras más habituales, como pueden ser la toma de decisión bajo distintos grados de presión, ejercicio del mando, coordinación entre pares y trabajo en equipo.
Durante la primera semana, fueron los cadetes de 1° y 2° año los que ejecutaron diversas actividades de instrucción y en el terreno, mientras que los de 3° y 4° realizaban tareas preparatorias para la actividad de la segunda semana, las cuales culminarán con la defensa del aeródromo. Es en este último período es en la cual se ponen en práctica todas las técnicas de la parte teórica y algunos conocimientos adquiridos durante lo dictado en “La Cruz”.
A lo largo de jornadas que fueron transcurriendo, al despliegue en el terreno se le sumaron los medios aéreos pertenecientes al Comando de Adiestramiento y Alistamiento, habiendo contado con la presencia de IA-63 Pampa II-40 de la IV Brigada Aérea (Mendoza), T-6C+ Texan II y Grob 120TP del Grupo Aéreo Escuela, planeadores, así como A-4Ar Fightinghawk de la V Brigada Aérea (Villa Reynolds, San Luis). Estos últimos también realizaron lanzamiento de bombas de práctica Mk76. La presencia de los mencionados sistemas de armas fue en función de incentivar moral y motivar a los de cadetes y de mostrar cómo es su operación.
Durante la cobertura realizada por Zona Militar, tuvimos la posibilidad de dialogar con el Jefe del Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes, Vicecomodoro Parra, el cual nos brindó un completo panorama sobre las actividades que se ejecutaron y estaban previstas realizar en “La Cruz”. Consultado sobre el carácter que reviste para el cadete este ejercicio, el Vicecomodoro afirmó que “…es fundamental, en lo que hace a lo específico militar y que les será de gran utilidad ante una situación de crisis, conflicto, accidente o supervivencia. Es la base para enfrentar estas situaciones de relevancia potencial…”.
Respecto al desenvolvimiento de los cadetes, los cuales están fuera de su ámbito natural como son las aulas, el Jefe del Escuadrón de Instrucción manifestó que, paradójicamente, la respuesta es motivadora ante salida a terreno. Los aspectos militares tales como maniobra, tiro con munición de guerra, ejercicios en pista de reacción, operaciones diurnas y nocturnas resultan muy motivadores para los cadetes. Vale recordar que toda esta actividad es realizada bajo la atenta mirada de los instructores, los cuales no solo están encargados de seguir la evolución de los cadetes sino también de velar por aspectos tales como guía y seguridad durante las operaciones.
En esta ocasión, los cadetes de segundo año oficiaron el rol fuerza enemiga, para lo cual se los despliega en otra posición desde la cual establecen patrullas, aplican tácticas de ruptura de contacto, ejecutan misiones de exploración, entre otras actividades, teniendo como objetivo poner a prueba y sobrepasar las defensas del aeródromo. Un punto para recalcar es que esta posición de iniciativa de los atacantes fue un catalizador adicional para la moral de los cadetes que conformaban al enemigo, mientras que los defensores fueron puestos a prueba, debiendo trabajar en aspectos como la incertidumbre que va invariablemente de la mano de la espera.
En la zona próxima al aeródromo se estableció un Centro de Información, punto neurálgico en el cual se desenvuelven los cadetes encargados de la toma de decisiones y espacio físico donde no solo se evalúa la toma de decisión ante la actividad del enemigo, sino que también se pone en relieve la respuesta ante situaciones particulares, trabajo y coordinación en equipo y sobre las diversas tareas de apoyo que se deben realizar (desde comunicación a puestos de guardia)
Ejercicios integradores de este tipo se convierten en una herramienta esencial para formar y forjar el carácter de los cadetes, ya que apunta a evaluar la respuesta de estos ante diversas exigencias mentales y físicas en un contexto de privaciones, tal como se encontraría en caso de una situación real. A esto se suma el aporte que brindan las diversas herramientas tecnológicas, tales como comunicación e imágenes, permitiendo mejorar y reforzar la formación por medio del uso de vehículos aéreos no tripulados Recon con drones (SANT), el procesamiento de imágenes, equipos de comunicación / navegación, cartas, etc, avances tecnológicos que inciden directamente en las técnicas y que son puestos a disposición de los cadetes para reforzar su experiencia. Un ejemplo es el uso de drone con cámara térmica, lo cual incidió directamente en ejercicios de evasión y escape. Las lecciones aprendidas en las jornadas iniciales motivaron la adopción de nuevas técnicas, en una muestra de flexibilidad y de cómo incorporar lecciones aprendidas.
Centro de Información en operaciones: Foto: Zona Militar Foto: Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes – EAM Foto: Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes – EAM La Pista de Reacción es uno de los tantos desafíos que ponen a prueba a los cadetes. Foto: Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes – EAM
La magnitud e importancia de la actividad realizad en “La Cruz” generó una atención inusitada en la FAA, habiéndose contado con la presencia del JEMGFAA Brigadier Isaac junto con otras autoridades, los cuales pudieron apreciar la calidad de instrucción y desenvolvimiento de los cadetes. La presencia del titular de la FAA resulta de relevancia ya que sirve como ocasión para dialogar e intercambiar impresiones con personal a la vez que sirve para transmitir su impronta, pensando en proyección de la Fuerza. De esta manera se logra marcar un rumbo y se resaltan aspectos de relevancia.
El cierre de las operaciones en “La Cruz” sería 22 de febrero, luego de dos semanas de intensas actividades para los cadetes, instructores y personal que participó del despliegue.
Agradecimientos: Al Jefe del Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes, Vicecomodoro Parra, así como al todo personal de la Fuerza Aérea Argentina, el cual nos brindó un trato excepcional durante la cobertura.
La aplicación de la tecnología para brindar innovación en técnicas de evasión y escape: En las imágenes se aprecia la detección y seguimiento de una pareja de combate de 2do año gracias a un drone. Las lecciones de esta jornada incidirían en la adopción de contramedidas y modificación de tácticas. Fotos: Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes – EAM
IA-63 Pampa II-40 de la IV Brigada Aérea T-6C+ Texan II del Grupo Aéreo Escuela OA-4Ar Fightinghawk lanzando bombas de práctica Mk76 Actividad de volovelismo. Foto: Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes – EAM Foto: Escuadrón Instrucción del Cuerpo de Cadetes – EAM