Australia adquirirá la capacidad de fabricar sus propios misiles guiados en un plan federal de 1.000 millones de dólares para construir una nueva instalación de armamento con un fabricante de armas mundial, preparándose para mayores tensiones en la región.

El gasto mejorará las capacidades de Australia en un momento de rápidos avances en misiles guiados, que están cambiando la dinámica de la defensa nacional con el desarrollo de armas hipersónicas que superan la velocidad del sonido.

El Primer Ministro, Scott Morrison, anunciará el plan el miércoles con la advertencia de que el “cambiante entorno global” pone de manifiesto la necesidad de crear la capacidad soberana.

“Como ha demostrado la pandemia COVID-19, tener la capacidad de autosuficiencia, ya sea en el desarrollo de vacunas o en la defensa de Australia, es vital para satisfacer nuestras propias necesidades en un entorno global cambiante”, dijo Morrison en una declaración antes del anuncio.

El Instituto Australiano de Política Estratégica estima que el país podría tener que gastar 100.000 millones de dólares en misiles y otras armas guiadas durante las próximas dos décadas para responder a potencias emergentes como China.

El nuevo plan establece un concurso entre empresas privadas para pujar por el contrato de construcción de la instalación, y es probable que los gobiernos estatales también presionen para conseguir la inversión y los puestos de trabajo.

Empresas como Raytheon, Lockheed Martin, Kongsberg y BAE Systems se perfilan como posibles licitadores para la obra, que permitiría a Australia sustituir los misiles que actualmente se envían desde el extranjero.

La última vez que Australia fabricó sus propios misiles fue en la década de 1960, cuando los investigadores locales crearon el misil antisubmarino Ikara y su lanzador, que se construyó en Melbourne.

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