El Reino Unido sigue adelante con su ambicioso proyecto de fabricar un avión de combate furtivo de producción propia, al tiempo que se esfuerza por mantener su estatus como uno de los principales socios en el programa de aviones de combate furtivos F-35.

Londres está redoblando sus planes de producir de forma autóctona su próximo avión de combate Tempest de BAE Systems, un sucesor de próxima generación de la flota británica de Eurofighter Typhoon. En un documento presentado al Parlamento en marzo de 2021, el Ministerio de Defensa británico (MOD) reiteró que el caza Tempest será una de las principales prioridades de adquisición en las próximas décadas.

“Tempest explotará nuestra base industrial única para crear una empresa aérea de combate de sexta generación centrada en el Reino Unido”, se lee en el documento. “Esta empresa totalmente digital transformará la entrega, logrando un ritmo y una reducción de costes y perturbando los enfoques tradicionales de las adquisiciones de defensa”.

Entre los socios actuales del proyecto Tempest se encuentran Italia y Suecia. El gobierno, que siempre ha tenido claro que la solvencia financiera del proyecto Tempest depende de la obtención de un flujo constante de inversiones extranjeras, también está explorando actualmente oportunidades de asociación con Japón.

Como la mayoría de los cazas de nueva generación, el caza Tempest ofrecerá su propia forma de fusión de sensores. Según el contratista de defensa y socio del Tempest, Leonardo, los protocolos de recopilación de datos del sistema de radiofrecuencia multifunción (MFRFS) serán “cuatro veces más precisos que los sensores existentes en un paquete de una décima parte del tamaño”.

El MFRFS filtrará la información del campo de batalla que recoge a través de su conjunto de procesadores a bordo, generando una imagen dinámica del campo de batalla que puede incluir todo, desde los movimientos del enemigo hasta la disposición del terreno.

Al igual que el avión F-35, el caza Tempest también puede actuar como centro de mando y control volante, transmitiendo parte de esa información a las unidades amigas cercanas. El proyecto Tempest apuesta a lo grande por los sistemas de aviónica experimentales orientados al futuro, y BAE Systems está trabajando en una interfaz de “cabina de mando adaptable” que sustituye las entradas analógicas y digitales por una pantalla de realidad aumentada (AR), apoyada por una red integrada de funciones de inteligencia artificial (AI).

La preocupación del proyecto Tempest por las tecnologías de prototipos poco ortodoxos se extiende a su armamento. En un seminario sobre defensa antimisiles celebrado en Roma, el general italiano Enzo Vecciarelli sugirió que el caza Tempest podría incorporar armas de energía dirigida para contrarrestar los misiles hipersónicos.

“En el Tempest habrá una gran cantidad de energía disponible y no descarto el uso de energía dirigida”, dijo Vecciarelli. Anteriormente se confirmó que el caza Tempest también llevará sus propios misiles hipersónicos, además de poder operar con enjambres de drones.

A medida que el proyecto Tempest avanza en la fase de desarrollo, el destino de los planes de adquisición del avión F-35 del Reino Unido pende de un hilo. Como socio de “nivel 1” en el programa F-35, Londres declaró anteriormente que compraría hasta 138 unidades del caza furtivo de quinta generación de Lockheed Martin. Sin embargo, hasta ahora Londres sólo ha encargado cuarenta y ocho cazas F-35.


El Ministerio de Defensa afirma que tiene previsto “aumentar la fuerza [del F-35], incrementando el tamaño de la flota más allá de los 48 aviones que ya hemos encargado”, pero da rodeos sobre si sigue o no comprometido con un objetivo de adquisición de 138 cazas F-35.
Está previsto que el caza Tempest alcance la capacidad operativa inicial (IOC) en 2035.

Tal vez te puede interesar: El Reino Unido compra 14 helicópteros Chinook para la RAF

Publicidad

3 COMENTARIOS

Dejá una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.