El pasado 17 de junio, tuvo lugar el primer Ciclo: Política Industrial para la Defensa Nacional, impulsado por Zona Militar. En el mismo, acudieron importantes expositores tanto del ámbito académico, como también de dos áreas gubernamentales, el Poder Legislativo Nacional y el Ministerio de Defensa de la República Argentina.
El tercer expositor fue el Mg. Aureliano Da Ponte, académico e investigador de instituciones como la Escuela Superior de Guerra. En su exposición, se basó en tres factores principales para la elaboración de un Modelo de Desarrollo Industrial en Defensa y que deben estar presentes necesariamente: la estructura y la organización, la política industrial, y el perfil productivo y la orientación.
A su vez, junto a estos tres factores, para que funcionen correctamente deben prevalecer otros tres elementos esenciales: por un lado la ecuación Economía + Estrategia de inserción Internacional de un país, por otro lado las capacidades científico-tecnológicas-productivas, y finalmente el grado de anclaje sectorial – políticas de desarrollo.
¿Cómo interpretamos este modelo en la realidad? Da Ponte sostuvo con respecto a esta cuestión: “a través de detectar las características de la política industrial. Justamente qué contenidos, los principales programas o proyectos en desarrollo, mecanismos para la producción, comercialización herramientas dispuestas para comercializar, financiamiento, el perfil productivo, qué tecnología se produce localmente, qué instituciones han adquirido sus productos dentro del país y qué normativa regula las exportaciones e importaciones de sistemas y equipamientos vinculados a la defensa.”
El investigador expuso además su reciente trabajo -aún en proceso, acerca de la obtención de un índice de dependencia tecnológica, si bien se habla de la pertenencia de una soberanía tecnológica, es importante la medición de la misma a raíz de diversos indicadores. Principalmente, “cuáles son los recursos externos y los procesos externalizados de los cuales dependo, y en qué medida tengo mecanismos para adaptarme o mecanismos de resiliencia que impulsen mi soberanía”. En el siguiente esquema, se exponen los diversos indicadores a tener en cuenta:
Al analizar la situación de la tecnología militar, cabe resaltar las cuestiones que afirmó Da Ponte: “Una cuestión que es central y que es una deuda que tenemos que poder afrontar, y es algo que nos debemos todavía seguir fortaleciendo, es una estrategia de obtención y gestión de medios, donde se definan cuáles son los canales sobre todo a la luz de herramientas como FONDEF, es importante poder definir cuáles son los actores, qué tecnologías producen localmente y qué voy a hacer hacia afuera, y cómo ordeno un sistema que necesita estar ordenado”
Finalmente y dentro de su último punto, sostuvo que “una estrategia de obtención y gestión de medios es un problema de orden geopolítico, también de orden estratégico militar y también de naturaleza científico-tecnológica”. No es el problema, por ejemplo, del rol de la ingeniería de la obtención y la gestión de los medios, si bien es un elemento clave, hay otros factores determinantes en dicha gestión. Destacó como ejemplo la Maestría en Ciencia y Seguridad Internacional que se otorga en la Universidad King´s College de Londres, en la cual alumnos y profesionales de diferentes áreas de investigación se dedican a la especificidad de la seguridad internacional y la ciencia conjuntamente: “porque ciencias duras, ciencia política, historia, relaciones internacionales y estudios de seguridad, filosofía y sociología se unen para entender justamente estos roles”.
Abarcando el sector gubernamental de la Nación, Da Ponte considera que a través del Congreso Nacional se podrá obtener, o sea muy posible, que las gestiones preparen el terreno para que la próxima gestión reciba mejores condiciones para poder llevar adelante las políticas industriales para la Defensa Nacional.
El cierre de su exposición se destacó por las sugerencias del propio investigador: “Significa clave que articulemos una mesa federal que se articule también a distintas instancias gubernamentales, desde el Ministerio de Defensa, la Jefatura de Gabinete, Seguridad, Relaciones Exteriores, el Ministerio de Producción, Economía, el BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior), la Aduana.
El último punto a rescatar es la idea del servicio de asistencia técnica de la industria: que formando un grupo de asistencia técnica a la industria de defensa sea con profesionales y técnicos agrupados alrededor de problemas puntuales. La cantidad de tecnólogos que quieren ayudar, sin duda nos puede llegar a sorprender”.