Tanto las capacidades militares como el enfoque de la guerra han cambiado con el pasar del tiempo, específicamente desde el final de la Guerra Fría. Sin embargo, la preparación de las fuerzas y sus operaciones continúa siendo un factor esencial en términos de defensa nacional para ciertos países.
Siguiendo lo mencionado por Colin Gray (2005), puede afirmarse que la naturaleza subjetiva de la guerra, es decir su contexto, ha cambiado sustancialmente. Por consiguiente, el motor principal de la guerra es el contexto político, y tanto las prioridades en términos de defensa como el desempeño militar en la conducción de la guerra son factores que se ven afectados por el mismo.
En consonancia, tanto la modernización de las fuerzas armadas como las cambiantes preferencias de los decisores políticos hacen que predecir el rumbo de los conflictos actuales se torne difícil. No obstante, la naturaleza objetiva de la guerra —tal y como fue expresado por Clausewitz— no ha cambiado ni cambiará de aquí a futuro por más cambios doctrinarios, organizativos y tecnológicos que existan actualmente.
Pese a todo, resulta menester destacar las diversas modificaciones que la mayoría de las fuerzas de combate terrestres han realizado en este último tiempo en miras de poder comprender sus objetivos y prioridades, como también las estrategias llevadas a cabo para alcanzarlos.
Estados Unidos
Las fuerzas de combate terrestres norteamericanas representan un “estándar de oro” a lo largo de la historia moderna. La continua innovación militar es el factor principal de su crecimiento, que permite adaptar el material y las capacidades existentes a los estándares actuales de guerra. Un ejemplo de ello es que Estados Unidos posee la mayor variedad de drones de reconocimiento del mundo.
Pese a las largas y frustrantes experiencias en operaciones de combate en el extranjero, el ejército estadounidense ha sabido mantenerse como uno de los ejércitos más fuertes en los últimos años, ocupando el puesto número uno en el ranking del portal ‘Global Fire Power’. Diversos analistas consideran que Estados Unidos seguirá siendo la fuerza de combate terrestre más poderosa del mundo hacia 2030.
Asimismo, en un año en el que el comercio mundial de armas enfrentó un decrecimiento significativo, Estados Unidos logró elevar sus ventas en un 15%, en donde el 40% del armamento importado en el período 2016-2020 fue de origen estadounidense. Posee aproximadamente 96 compradores, de los cuales se destacan Israel y Qatar.
China
El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China ha realizado amplias reformas estructurales y de capacidades en la última década. Centrado en la modernización de las fuerzas, China ha lidiado con un presupuesto mucho menor que el que posee el ejército estadounidense, pero el acceso a mano de obra casi ilimitada y el control de los recursos le permite posicionarse como uno de los ejércitos más preponderantes del mundo.
A diferencia de Estados Unidos, China no ha tenido grandes experiencias de combate en el último tiempo, y tampoco se ha mantenido como un actor interviniente de suma importancia en conflictos extranjeros. Además, como consecuencia de la pandemia por Covid-19, sus ventas de armamento disminuyeron un 8%.
Sin embargo, actualmente el ejército chino posee un personal activo estimado de 2.185.000 soldados, 33,000 vehículos blindados y 3,500 tanques (incluyendo tanques de batalla principales, tanques ligeros y destructores de tanques
Rusia
Desde el final de la Guerra Fría, el ejército ruso supo enfrentarse a drásticos cambios y una desgarradora transformación, perdiendo gran parte de su acceso a los recursos y la mano de obra. Sin embargo, su complejo militar-industrial logró un amplio impulso gracias a la mayor inversión en las fuerzas armadas propuesta en 2008.
En este año el ejército ruso supo derrotar a Georgia, y hacia 2014 llevó a cabo la anexión de Crimea. Estas victorias junto a las múltiples reformas funcionaron como un gran impulso para las fuerzas terrestres, donde Moscú comenzó a desempeñar un papel central en el exterior “cercano”
Múltiples analistas afirman que el ejército ruso seguirá manteniendo este rol preponderante hacia 2030, clasificándose como una “fuerza letal”. Sin embargo, pese al extenso acceso a la tecnología, la modernización de las fuerzas y la ampliación de capacidades, Rusia podría enfrentar diversos problemas.
Primeramente, el ejército se encuentra “atrapado” en un modelo de reclutamiento antiguo que no acompaña con los impulsos tecnológicos actuales. Además, pese a ser el segundo exportador de armas a nivel mundial, sus exportaciones en armamento se vieron ampliamente afectadas por la caída de demanda por parte de la India.
India
En términos de combate, su ejército se encuentra bien preparado para enfrentamientos de alta intensidad, principalmente si se proyecta a Pakistán como oponente. Asimismo, India ha logrado grandes avances en términos de tecnología militar gracias al material de exportación; en materia de armamento, por ejemplo, se posiciona como el principal importador mundial de armas entre 1990 y 2019.
No obstante, el gobierno de Narendra Modi ha reducido las compras de equipamiento militar extranjero, específicamente ruso, con el objetivo de impulsar el desarrollo de la industria nacional de defensa. Sin embargo, puede que esta situación de un giro inesperado si se tiene en cuenta las crecientes tensiones con China y Pakistán en diversos territorios como Jammu, Cachemira o Ladak.
Francia
Por último, el crecimiento del complejo militar-industrial de Francia merece una mención especial. Es probable que el país europeo desempeñe un papel importante dentro del sistema internacional y, en pos de alcanzar este objetivo, le encargue a las fuerzas armadas terrestres cumplir un rol relevante con esta finalidad.
Cabe destacar que el ejército francés posee una gran experiencia en operaciones de combate, y Afganistán es un claro ejemplo de ello. Pero el Ejército también cuenta con el apoyo de la Marine Nationale (Marina Nacional francesa) y la Fuerza Aérea, que en conjunto se destacan por sus amplias capacidades expedicionarias, de apoyo, de transporte y de reconocimiento.
Actualmente, el ejército francés cuenta con equipos de mando y comunicaciones sumamente modernos, ya sea para uso nacional o como material de exportación. Además, posee un gran equipo de tanques y artillería que reflejan el compromiso de mantener una fuerte industria armamentística nacional, la cual ha incrementado ampliamente sus exportaciones (específicamente a la India, Egipto y Qatar).
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