La mayor prioridad de modernización de la Marina de los Estados Unidos en estos momentos es la clase Columbia de submarinos nucleares de misiles balísticos. Esta clase sustituirá a los submarinos nucleares de la clase Ohio y asumirá el papel de los antiguos submarinos como disuasión estratégica submarina de Estados Unidos. Está previsto que el primer submarino Columbia entre en servicio en 2027.
Al igual que los anteriores de la clase Ohio, los Columbia llevarán misiles nucleares balísticos intercontinentales Trident II. Sin embargo, la clase Columbia presentará varias mejoras con respecto a su predecesor.
Una de las ventajas más significativas de la clase será su reactor nuclear. A diferencia de la mayoría de los submarinos de propulsión nuclear, la clase Columbia puede renunciar al largo y complicado proceso de cambio de combustible nuclear a mitad de su vida útil. En su lugar, la clase operará con el mismo combustible nuclear con el que se embarcó hasta su retirada, reduciendo el tiempo y los gastos de mantenimiento y permitiendo que los submarinos pasen menos tiempo fuera del agua.
La clase Columbia es cara: según algunas estimaciones, el programa será el proyecto más caro que haya emprendido la Marina de los Estados Unidos. Pero los costos son sólo uno de los retos, ya que también existe lo que puede considerarse fácilmente como un aumento de los requisitos.
Costos y competidores
En un acto organizado por la Alianza de la Industria de Defensa del Sureste de Nueva Inglaterra, el Secretario de la Marina de los Estados Unidos, Carlos Del Toro, declaró sin ambages que la Armada de los Estados Unidos debe resistirse al “aumento de los requisitos” al finalizar el diseño de la clase Columbia.
Mantener los costos del programa bajos ha demostrado ser un desafío en los últimos años. Por ejemplo, los Littoral Combat Ships de la Armada, un grupo de buques modulares avanzados de dos clases, llegaron a un final inesperado después de que los costos increíblemente inflados del programa provocaran una interrupción del proyecto por mandato del Congreso.
Además de mantener los costos bajos, el Secretario de la Armada, Del Toro, subrayó que la Armada también debe “no perder de vista a China” y que un despliegue exitoso de la clase Columbia “evitaría que ellos [China] tomaran el control” en el ámbito naval.
China está “empeñada en ser un competidor a gran escala” de Estados Unidos en todo el mundo, explicó Del Toro, y subrayó que por eso “tenemos que acelerar nuestros esfuerzos en materia de tecnología”.
Posdata
La Armada del Ejército Popular de Liberación ha realizado importantes avances tanto cuantitativos como cualitativos. Además de contar con la mayor armada del mundo en términos de número de cascos, los submarinos chinos de fabricación nacional son cada vez más sofisticados, lo que supone una amenaza para la supremacía marítima estadounidense, que antes no tenía rival. Además, la expansión y modernización de las fuerzas nucleares chinas y los recientes avances en la tecnología de misiles hipersónicos suponen también un reto.
Mantener un firme control sobre el alcance del propósito de la clase Columbia será de crucial importancia para los costes del proyecto, y necesario si la Armada de Estados Unidos quiere contrarrestar con mayor eficacia a una Armada del Ejército Popular de Liberación cada vez más capaz.
Portada: Representación artística de los futuros submarinos de misiles balísticos de la Armada estadounidense de la clase Columbia. Los 12 submarinos de la clase Columbia sustituirán a los submarinos de la clase Ohio, que están alcanzando su máxima vida útil. Está previsto que la construcción del USS Columbia (SSBN-826) comience en el año fiscal 2021, que se entregue en el año fiscal 2028 y que salga a patrullar en 2031.
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Estos submarinos tendrán una eslora de 171m. y un peso de 21.000 toneladas, y volviendo a la realidad Argentina a corto plazo necesita al menos un par de submarinos convencionales, que podrían ser U-212, pero a largo debería unirse con Brasil y Francia en el programa de SNBR para Brasil, su primer submarino de propulsión nuclear con misiles crucero, se empezará a construir en 2023 y se terminará en 2033, si Brasil consigue uno, no es imposible que Argentina tenga el suyo, pero para esto hay que cambiar la mentalidad de muchos políticos e invertir mucho más en defensa, cosa que no será fácil.