La recuperación de las Islas Malvinas por parte de las Fuerzas Armadas Argentinas el 2 de abril de 1982 es el desenlace de una larga serie de antecedentes políticos, diplomáticos y militares que tuvieron como eje acercamientos y negociaciones entre los distintos gobiernos de Argentina y del Reino Unido. Pese a que no es intención de este artículo abordar en profundidad estas cuestiones de larga data, las mismas no pueden ser pasada por alto si queremos comprender la sucesión de hechos que derivaron en las acciones del 2 de abril.

Islas Malvinas

Contando como marco normativo la Resolución 2065 de 1965 y la Resolución 3160 de 1973, ambas originadas en el seno de la Asamblea General, tanto la República Argentina como el gobierno del Reino Unido encararon durante décadas una serie de negociaciones a los fines de resolver la disputa de soberanía por la Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Esta relación tuvo sus puntos altos y bajos, lo que, sumado a cierta intransigencia de la postura británica, derivaría en una falta de soluciones.

Ante esta situación, reconocida tanto por Argentina como por el Reino Unido, ambas naciones avanzarían en paralelo con sus propias planificaciones y proyecciones, evaluando diversos planes de contingencia de acuerdo con las hipótesis y del desarrollo de los acontecimientos.

Recurriendo a los antecedentes más próximos previo a la recuperación del 2 de abril, durante 1981 y los primeros meses de 1982, representaciones de Argentina y del RUGB mantuvieron una serie de reuniones en la ciudad de Nueva York con el objetivo de avanzar en la mencionada disputa de soberanía, negociaciones que encontraron una férrea resistencia por parte de la representación del comité de las islas. Por aquel entonces, extraoficialmente se barajaban diversos planes de acción para la solución del diferendo, entre ellos un arriendo, propuesta expuesta por Nicholas Ridley, Ministro de Estado de la Foreign and Commonwealth Office. Sin una solución a la vista, las posiciones se endurecían y los planes de contingencia parecían cada vez más próximos en concretarse.

Muelle de Puerto Leith. Foto: Felipe Celesia vía Infobae

En paralelo al asunto político/diplomático, en el año 1979 avanzaba la iniciativa comercial de Constantino Davidoff, empresario que adquiere a la empresa escocesa Christian Salvesen Ltd. las instalaciones de sus factorías de Leith, Stromness y Husvik, todas ellas localizadas en la isla San Pedro del archipiélago de las Georgias del Sur. La intención era realizar tareas de desguace y traslado de la chatarra al continente. En agosto de 1980, las autoridades británicas de las islas son puestas al tanto de esta situación por parte de la compañía Chirstian Salvesen, tomando también conocimiento la embajada del RUGB en Argentina luego de que el empresario solicitara el arrendamiento de uno de los buques polares (el HMS “Endurance” o el RRS Bransfield) para las tareas de traslado y carga, requerimiento que sería denegado.

Es en este lapso donde Cancillería y la Armada Argentina aprecian una oportunidad, no solo para apoyar la iniciativa de Davidoff con el Comando de Transportes Navales, sino que también la ocasión podría servir para implementar uno de los planes de contingencia, el cual consistía en instalar la estación científica ALFA en la Georgias. Con el paso de los meses, esta iniciativa sería cancelada.

Uno de los primeros cortocircuitos diplomáticos se origina en diciembre de 1981, ocasión en la cual el rompehielos ARA “Almirante Irizar” arriba a puerto Leith a los fines de que Davidoff pudiera realizar un reconocimiento de las instalaciones, estableciendo de esta manera los requerimientos de recursos humanos y materiales necesarios para emprender los trabajos. Sin embargo, el 6 de enero de 1982 Cancillería recibe una “Nota de Protesta” por parte del RUGB en la cual se manifiesta conocimiento sobre las actividades del “Irizar” y de Davidoff, aclarando cuales son las normativas vigentes para buques argentinos que visitan las Islas como así también aquellos requisitos que deben cumplir los trabajadores que se trasladarán a Leith.

Con este antecedente, en febrero de 1982 el sr Davidoff pone al tanto a la embajada del RUGB, no solo sobre los resultados de su reconocimiento en puerto Leith sino también sobre la implementación de la siguiente etapa, la cual incluía el traslado de un contingente de casi 50 trabajadores (con sus respectivos certificados “Tarjeta Blanca”) a bordo del buque ARA “Bahía Buen Suceso” B-6. Finalmente, la mencionada unidad zarparía con rumbo a puerto Leith el 11 de marzo.

ARA Bahía Buen Suceso

Vale aclarar que por esa fecha transcurrían en paralelo las planificaciones y alistamientos a cargo del Grupo de Trabajo conformado por oficiales de las Fuerzas Armadas argentinas, iniciativa que derivarían en la conformación de la Fuerza de Tareas 40 y elementos de apoyo, los cual tendría como misión la recuperación de las Islas Malvinas en los primeros días de abril.

El incidente del 19 de marzo

Con la llegada del ARA “Bahía Buen Suceso” a Leith y posterior desembarco del grupo de trabajo de Davidoff, se produce un “incidente” que es informado por científicos del British Antartic Survey, los cuales se habían desplazado desde Grytviken en una travesía de rutina. Los británicos ponen al tanto de la situación al gobernador de Malvinas, expresando que se observó la presencia de un buque, desembarco de personal y el izado de una bandera, habiendo registrado algunos disparos.  

La autoridad británica en Grytviken, Steve Martin, recibe expresas órdenes por parte de Rex Hunt, gobernador de Malvinas, para que conmine a los argentinos a retirarse de Leith y dirigirse a Grytviken, lugar donde deberían concretar las formalidades burocráticas.

El incidente no solo genera un reclamo por parte del RUGB al gobierno argentino, sino que sirve como disparador para que se tomen las primeras medidas de tipo militar ya que se ordena al “Endurance” su desplazamiento a Georgias junto con un contingente de Royal Marines. La reacción argentina fue movilizar al buque antártico ARA “Bahía Paraíso” B-1, el cual contaba con el Grupo ALFA abordo (integrado por personal militar perteneciente a la Agrupación Comandos Anfibios y Buzos Tácticos). Para el caso de que la situación escalara, y las fuerzas británicas procedieran con la captura del grupo de trabajadores del sr Davidoff, la Armada Argentina dispuso el desplazamiento de unidades del Comando de la Flota de Mar con el objetivo de interceptar al buque británico.

En las primeras horas del 24 de marzo, el “Bahía Paraíso” desembarca al Grupo ALFA en Leith. Los movimientos y la presencia del buque no resultan desconocidos para los británicos, sin embargo, se acuerda la presencia de la unidad naval argentina, cancelándose también la orden para interceptar al “Endurance”. Previendo un posible desenlace de la situación, la corbeta ARA “Guerrico” P-32 zarpa con rumbo a las Georgias el 29 de marzo, llevando una sección reforzada del Batallón de Infantería de Marina N° 1

Personal civil junto al Grupo ALFA. Foto: Serge Briez

Con la situación de la FT 40 ya conocida por los británicos, y el inicio del desplazamiento de unidades navales de la Royal Navy con rumbo al Atlántico Sur, el 1er de abril se ordena al Comandante de la Agrupación Naval Antártica (a bordo del “Bahía Paraíso”) la misión de recuperar Grytviken y mantener Leith, tarea para la cual dispondría de la asistencia de la corbeta “Guerrico” y sus infantes de marina.

En pocas horas más, la FT 40 iniciaría las operaciones de desembarco anfibio, acciones que derivarían en la recuperación de las islas Malvinas el 2 de abril.

Foto de portada: El ARA “Bahía Paraíso” en puerto Leith. Créditos: Serge Briez

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