Recientemente, la empresa Lockheed Martin anunció de manera oficial una inversión de USD 100 millones con el objetivo de desarrollar equipos no tripulados que involucren a los cazas de quina generación F-35 y drones de combate. Esto se desprende de la necesidad de los pilotos de tener una mayor capacidad de supervivencia y una ventaja informativa para tomar decisiones más eficaces. A su vez esto permitirá que las fuerzas se adelanten a las amenazas emergentes en el espacio aéreo actual y altamente disputado.
Definido como Proyecto Carrera, la nueva inversión de Lockheed Martin consistiría en emparejar un F-35 con “una red” de drones Speed Racer para llevar a cabo diversas misiones. El Proyecto Carrera realizará demostraciones de las capacidades por fases en escenarios operativos, introduciendo gradualmente la tecnología y experimentación de JADO, ingeniería digital, interfaces hombre-máquina capaces de autonomía e inteligencia artificial (IA), y más.
Según Lockheed Martin, el proyecto también determinará las ventajas de los drones para los pilotos y cómo establecer la confianza entre los operadores humanos y la inteligencia artificial que guía los sistemas no tripulados. En este sentido, John Clark dijo: “En lo que realmente nos estamos enfocando es en una acumulación sistemática en la que podamos evaluar la interacción del sistema humano y no tripulado, y comprender cómo se acumulan esos comportamientos con el tiempo”.
Finalmente, se prevé que con la formación de estos equipos distribuidos o drones, los pilotos puedan ampliar el alcance de los sensores en red y aumentar la capacidad de supervivencia de las plataformas pilotadas. Esto permitirá la recopilación, fusión y distribución de datos que informan sus decisiones y logran la ejecución táctica.
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