Desde hace algunas semanas, las Fuerzas Armada rusas han comenzado a difundir decenas de secuencias donde se aprecia el accionar de las municiones merodeadoras de la familia Zala Lancet. En los videos se puede observar como estos vehículos aéreos no tripulados destruyen material crítico de las Fuerzas Armadas Ucranianas, desde sistemas de defensa antiaérea, radares y artillería. Pese a que los Lancet no inclinarán la balanza por si solos, si constituyen un medio de gran valor para atacar con precisión muy por detrás de las líneas de contacto.
Desarrollada por la compañía Aero Zala, firma perteneciente al conglomerado Kalashnikov, la familia de municiones merodeadoras Lancet ha comenzado a tener un impacto de más alto perfil en el campo de batalla ucraniano. Desde hace algunos meses ya se contaba con antecedentes de la utilización de la versión Lancet 1, sin embargo, el uso más profuso de estos vehículos no tripulados se dio a conocer en las últimas semanas con la publicación de varios videos.
En las mencionadas secuencias se aprecia como los rusos han concentrado el uso de las versiones más actuales Lancet 3 en material crítico que ha servido a los ucranianos para afianzar sus posiciones y negar la acción de las fuerzas rusas: desde sistemas de defensa antiaérea S-300, BUK y Strela-10, vehículos de combate de artillería M109A3GN y AHS Krab, piezas de artillería de 155mm M777 y FH-70, así como posiciones de radares. Se trata de material que suele operar a decenas de kilómetros de las líneas de contacto, por lo que queda demostrado que las Lancet constituyen una valiosa herramienta para golpear en profundidad y con precisión.
Parte del éxito de las municiones merodeadoras Lancet se debe a la capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento que aportan otros vehículos aéreos no tripulados. Así queda demostrado en los videos donde se logra observar el trabajo de drones para detectar, seguir y confirmar la destrucción de los objetivos, accionar que no se había visto tan seguido durante el conflicto, pero que en los últimos días ha salido a la luz con mayor asiduidad. Esta colaboración del observador y atacante puede estar relacionada con la necesidad de contar con un medio complementario previo al lanzamiento del Lancet (por su sensor, también cuenta con capacidad limitada de observación) que permite confirmar el objetivo, evitando de esta manera malgastar un recurso limitado.
Sin embargo, los Lancet tampoco representan una bala de plata. Por su firma sonora y velocidad, resultan vulnerables ante un defensa en alerta. Situación que se agrava cuando se ve obligado a operar con un drone de observación. Y por el momento, no han demostrado una profusa capacidad para batir objetivos en condiciones adversas o nocturnas. También hay que tener en cuenta que las cargas de explosivos son más bien reducidas, pero con la potencia suficiente para destruir medios con blindaje ligero, como el caso de los VCA M109A3GN y AHS Krab. Vale destacar que el mayor potencial de las municiones merodeadoras Lancet es contra objetivos estáticos, lo que facilita al operador impactar en zona críticas que permiten la completa destrucción de los objetivos.
De acuerdo con lo informado por medios rusos, la versión básica del Lancet puede llevar una ojiva de tres kilos. El drone tiene una velocidad máxima de 110 kilómetros por hora y una autonomía de 40 kilómetros. Para el caso de los Lancet 3, se ha incrementado la carga explosiva a 5kg a la vez que la munición merodeadora también ha ganado en autonomía.
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A la verdad, para un sistema antiaéreo común esa Lancet es un pato sentado. Con un Guepard de escolta alcanza.
Y si…. solo necesitas 5000 guepard y la municion y el personal….. o sea todo el ejercito para escoltar y evitar unos drones baratijas. Argentina tendria que estrar metida de lleno desarrollando drones.