De acuerdo con lo informado por la agencia de noticias Interfax, el portaaviones ruso Almirante Kuznetsov sufrió un nuevo incendio mientras se encontraba en Múrmansk. La información preliminar que se dispone hasta el momento es que se “había localizado humo, que se detectó a tiempo. El equipo de emergencia y los servicios operativos del buque llegaron al lugar y eliminaron las consecuencias del incidente”, informó la Dirección Principal de la Región de Múrmansk del Ministerio de Emergencias ruso.
El portaaviones ruso arrastra una larga serie de incidentes desde que ingresó a dique seco en 2017: Desde el colapso y hundimiento del dique flotante PD-50 ocurrido en el 82º Astillero de Reparaciones, suceso que tuvo lugar en octubre de 2018; a un incendio de considerable magnitud ocurrido en diciembre de 2019. Este último siniestro habría provocado al menos un fallecido y una docena de heridos por inhalación de humo. En cuanto al alcance de los daños, los mismos nunca trascendieron de manera oficial.
La última novedad respecto al estado del Kuznetsov fue que se habían descubierto un sinnúmero de defectos en los trabajos realizados en el portaaviones, lo que implica que el buque deberá permanecer en dique hasta por lo menos bien entrado el 2023. El director general adjunto de la United Shipbuilding Corporation, Vladimir Korolev, declaró oportunamente a TASS que, una vez concluidos los trabajos de puesta a punto y modernización, el portaaviones contará con un potencial de combate completamente renovado y con un horizonte de vida útil de al menos otros 10-15 años.
En cuanto a los diversos inconvenientes que han surgido con el portaaviones, la publicación Proceedings del Instituto Naval de los Estados Unidos señaló que “…los problemas del Kuznetsov reflejan las deficiencias estructurales del programa de reparación y modernización de Moscú. Además, su revisión a mitad de su vida útil habla de la inadecuada infraestructura que la Armada rusa heredó para mantener sus buques en servicio, mantenerlos y modernizarlos. La pérdida en 2018 del dique seco flotante PD-50 -el único lo suficientemente grande como para manejar los buques navales más grandes- obligó a un ajuste de cuentas: El plan de modernización de Moscú depende de la infraestructura…”
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