Las Fuerzas Aérea de Corea del Sur y de los Estados Unidos realizaron ejercicios aéreos combinados, en los que participaron bombarderos estratégicos B-1B Lancer así como cazas furtivos F-22 Raptor y F-35 Lightning II. La actividad aérea que tuvo lugar el pasado primero de febrero consistió en una demostración de la “voluntad y las capacidades” de Washington frente a las amenazas norcoreanas, según lo informado por el Ministerio de Defensa de surcoreano.
Las formaciones de bombarderos norteamericanos y cazas de ambos países ejecutaron el ejercicio combinado sobre aguas del Mar Amarillo, ocasión en la cual los F-35 Lightning II operaron con la escarapela de ambas naciones. “…Los ejercicios aéreos combinados muestran esta vez la voluntad y las capacidades de Estados Unidos para proporcionar una disuasión ampliada fuerte y creíble contra las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte…”, declaró el Ministerio en un comunicado de prensa.
Las maniobras conjuntas tuvieron lugar luego de que el Secretario de Defensa norteamericano, Lloyd Austin, expresara la intención de elevar la cantidad de recursos militares avanzados en la región, con la participación de los cazabombarderos F-22 y F-35 a la cabeza, con el fin de garantizar la credibilidad de la disuasión ampliada de Estados Unidos.
Corea del Sur y los EE.UU. realizaron un ejercicio similar hace algunos meses, entrenamiento combinado del cual participaron B-1B Lancer y cazas F-35 y F-16. Las operaciones aéreas tuvieron lugar sobre la península coreana, como parte de Vigilant Storm 23. Este tipo de adiestramiento es un “…entrenamiento recurrente y planificado para demostrar los altos niveles de preparación y flexibilidad para el combate, la estrecha coordinación y la capacidad de disuasión creíble que comparten los socios bilaterales…” informaron oportunamente desde el Comando de la Fuerza Aérea del Pacífico estadounidense.
La reacción de Corea del Norte
Ante la presencia de los mencionados medios aéreos de Corea del Sur y de los Estados Unidos, desde Pyongyang advirtieron que “…la situación militar y política en la península coreana y en la región ha alcanzado una línea roja extrema debido a las temerarias maniobras de confrontación militar y a los actos hostiles de EE.UU. y sus fuerzas vasallas…”.
Durante 2022, Corea del Norte mantuvo una creciente actividad con lanzamiento y pruebas de misiles, situación que ha servido para incrementar las tensiones con los diversos países de la región y sus aliados.
Imagen de portada: Ministerio de Defensa de Corea del Sur
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