90 segundos de peligro sin precedentes

Al mundo no le queda mucho tiempo. Esta no es una frase alarmista para que el escrito aquí presente tenga más visualizaciones, sino que este año el mundo es testigo de un evento sin precedentes: el “Reloj del Juicio final” está más cerca de la medianoche como nunca en su historia. 

El pasado 24 de enero, el Bulletin of the Atomic Scientists develó que el “Doomdays Clock” se encuentra a 90 segundos, la marca más corta desde la creación del mismo en 1947. Esta medida figurativa marca al público sobre cuán cerca está el mundo de destruirse. Es una metáfora, un recordatorio de los peligros que devienen, en principio desde su concepción, del mayor peligro para la humanidad que son las  armas nucleares. En los últimos años, el Reloj añadió nuevas perspectivas que “alteran” la hora del mismo, tales como las catástrofes devenidas por el cambio climático y en el último tiempo las tecnologías disruptivas que atentan contra la humanidad. 

Obviamente, al ser una organización civil, no está alejada y exenta de las percepciones políticas/ideológicas con respecto a los sucesos en el mundo, por ende las apreciaciones de quienes lideran la misma se hacen presente, lo que no quita ni debilitamiento la rigurosidad académica de sus investigaciones, pero es importante para el análisis aquí presente la salvedad. 

En 2023 la asociación norteamericana decidió presentar la hora con la leyenda: “Un momento de peligro sin precedentes: faltan 90 segundos para medianoche”. El propio editor de la misma, John Mecklin, fue el encargado de desglosar el porqué de dicha posición y el hecho que marca un antes y un después para los que siguen atentos los riesgos nucleares en el mundo. 

El Reloj se adelantó por la Guerra en Ucrania. Aunque los especialistas de la organización advierten que no es la única y exclusiva razón para dicha expresión, se marca la importancia y relevancia que imprime el conflicto en suelo europeo como el más desestabilizador en términos de seguridad nuclear y humana. 

“La guerra ha planteado preguntas profundas sobre cómo interactúan los Estados, erosionando las normas de conducta internacional que sostienen respuestas exitosas a una variedad de riesgos globales. Y lo peor de todo, las amenazas veladas de Rusia de usar armas nucleares recuerdan al mundo que el riesgo de escalada de los conflictos por accidente, intención o mala estimación es terrible. La posibilidad de que el conflicto se escape de control sigue siendo alta”. 

La guerra devino en acciones directas en Chernobyl y en la central nuclear más grande de Europa, Zaporizhzhia que se encuentra en Ucrania, lo que hizo alertar a todos los intervinientes del conflicto por el riesgo que las incursiones militares puedan desembocar en una crisis nuclear a nivel global. 

Otro aspecto que se erosionó en los últimos meses fue los desistimientos entre Estados Unidos y Rusia con respecto a la renovación del New START, el mecanismo de seguridad y salvaguarda mutua que tienen ambos países con respecto a sus arsenales nucleares, en 2026 el mismo expira y ambos países no han coincidido en negociaciones para extender la vida útil del mismo. 

Para el Bulletin: “El conflicto ha aumentado el riesgo de uso de armas nucleares, ha agravado el espectro del uso de armas biológicas y químicas, ha obstaculizado la respuesta mundial al cambio climático y ha entorpecido los esfuerzos internacionales para hacer frente a otros problemas mundiales”.  

En las siguientes líneas se buscará explorar más aún cada punto enunciado en el documento de presentación de la hora que corre este año. Haciendo hincapié en las cuestiones nucleares, ya que se presentan como el ámbito más influyente a la hora de hablar de la estabilidad de la seguridad de la humanidad. 

“Una época de peligro nuclear no vista desde el apogeo de la Guerra Fría”

Estas fueron pate de las declaraciones de Anttonio Guterres en la conferencia de la Revisión del Tratado de No Proliferación de la ONU (TNP). Guterres, acertado en su apreciación personal, alertó a los más de 190 países adheridos a la piedra angular del régimen nuclear mundial de que el mundo se enfrenta a grandes desafíos en términos nucleares. Estos no solo se engloban en la retórica nuclear utilizada en el conflicto nuclear, sino que son más complejos y afectan a todos los Estados en el Sistema Internacional. 

Aunque los focos estén puestos en Ucrania y la opción que desde Moscú se lance una bomba atómica, el mundo sigue experimentando procesos de proliferación vertical y horizontal que hacen presuponer que las tecnologías y armas nucleares siguen más presentes que nunca, en depreciación de una corriente que anunciaba “una nueva era” sin armas nucleares en los cálculos de Seguridad Internacional de los Estados. 

Es más, se coincide en un amplio espectro de la academia que el mundo está entrando en una “tercer era nuclear” devenida por la modernización de los arsenales nucleares de Estados Unidos, Rusia y China. Aunque siempre se habló de la supremacía de los dos primeros en términos de cantidad y calidad de sus arsenales, según el Departamento de Defensa de EEUU, China podría multiplicar por cinco su arsenal nuclear para 2035, lo que la pondría en igualdad de condiciones a los tres Estados. Si el mundo se basaba en una “bipolaridad nuclear” se espera que en futuro China ocupe la tercer silla como los grandes nucleares del Sistema Internacional. 

¿Lo complejo? China se niega a sentarse en la mesa de los nucleares, ya que no tiene mecanismos de transparencia y salvaguardas mutuas con ningún Estado. Esto imprime una incipiente incertidumbre con respecto no solo a las capacidades que pueda desarrollar el gigante asiático, sino también a la doctrina de uso de las mismas. 

De los poseedores de armas nucleares, estos tres no son los únicos que comenzaron procesos de modernización. India y Pakistán, con lo que implica la tenencia de ojivas nucleares por parte de ambos, siguen modernizando sus arsenales nucleares, con el desarrollo de nuevos sistemas vectores y la producción de material fisible.

Corea del Norte e Irán siguen aumentando sus programas nucleares. El primero ha intensificado drásticamente sus pruebas de misiles de alcance medio y largo, con varios lanzamientos exitosos. Hay temor de que Corea del Norte esté preparándose para realizar su séptima prueba nuclear. Irán, por su parte, está fortaleciendo su capacidad de enriquecimiento de uranio, a pesar de las medidas internacionales, lo que lo acerca a la posibilidad de fabricar armas nucleares. Se habló de la posibilidad de una reactivación del Acuerdo Nuclear (JCPOA) que tiene Irán con las potencias de Europa y Estados Unidos, pero la situación interna del país, sumado al apoyo tácito que este le brinda a Rusia en la guerra con Ucrania, deterioraron cualquier oportunidad de acercamiento entre las partes. 

Todos los disentimientos entre los Estados marcar un deterioro constante del Régimen Nuclear que se sustenta con los acuerdos y tratados que tienen los países de forma bilateral o multilateral. Se evidencian grandes deterioros de las normas compartidas entre el Sistema Internacional, el caso emblemático termina siendo la jornada de revisión del TNP donde no sé pudo consolidar una posición unánime sobre el mismo, ya que Rusia se negó a firmar la declaración de la misma. En definitiva, se suman dos procesos altamente amenazantes para la seguridad global, en primer lugar la búsqueda de capacidades tanto de aquellos que buscan desarrollar sus armas nucleares como de los que las están modernizando, y en segundo lugar una incapacidad en términos políticos diplomáticos de establecer mecanismos de control que hagan frente a los desafíos que enfrenta el mundo en el ámbito nuclear.

Te puede interesar: ¿100 segundos son suficientes?