Como parte de su último discurso, brindado a través de un informe público el 7 de marzo, el Secretario de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), Frank Kendall, proyecto que la fuerza contará con 200 cazas de sexta generación para el año 2030; siendo complementados por otros sistemas aéreos no tripulados.
La información se desprende de las palabras de Kendall brindadas durante el Simposio de Guerra de la Asociación de Fuerzas Aéreas y Espaciales, indicando algunos de los esfuerzos que se vienen realizando en el área, como de los desafíos para confrontar y contrarrestar a las Fuerzas Armadas de la República Popular China.
Al respecto, el funcionario del Departamento de Defensa de los Estados Unidos fue abierto al indicar que el país necesita sostener, a la par que expandir, sus capacidades en los dominios aéreos y espaciales, los cuales tendrán cada vez una mayor preponderancia. Para ello se viene realizando importantes esfuerzos en los sucesivos presupuestos de defensa para permitir el desarrollo de nuevos sistemas aéreos tripulados y no tripulados durante la actual y próxima década.
“No tenemos más remedio que priorizar las Fuerzas Aéreas y Espaciales que debemos tener para seguir siendo dominantes en el futuro”. Agregando que “Los riesgos operativos que tenemos frente a nuestro desafío de ritmo aumentan con el tiempo. Enfatizar la fuerza actual sobre la fuerza del futuro es un camino hacia el fracaso operativo. La buena noticia es que mantenemos nuestra fuerza actual en niveles adecuados de preparación. También continuamos vendiendo plataformas más antiguas y menos capaces o relevantes a medida que aumentamos la capacidad a mediano plazo mediante la adquisición de aviones actualmente en producción a tasas más altas de lo planeado anteriormente. En general, nuestros programas iniciados anteriormente continúan según lo previsto”.
De esto modo, se están haciendo los esfuerzos para la futura entrada en servicio del nuevo bombardero estratégico de los Estados Unidos, el B-21 Raider, que fuera presentado oficialmente durante el pasado mes de diciembre de 2022.
Sin embargo, uno de los proyectos más ambiciosos es el desarrollo y fabricación del futuro caza de sexta generación de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, englobado dentro del Proyecto Next Generation Air Dominance (NGAD). De tal modo, Kendall confirmó que el presupuesto hecho público en el día de hoy, incluye requerimientos de fondos para el programa.
A su vez, expresó las intenciones de contar para el año 2030 con un total de 200 nuevos cazas de sexta generación surgidos del NGAD. Sin embargo, esto puede ser comprendido como una proyección en base al reemplazo de los actuales F-22 Raptor de la USAF; ya que al día de la fecha, el número final de aeronaves de sexta generación se mantiene en secreto desde que fuera anunciado el nuevo programa.
Además, estos futuros cazas serían complementados con hasta 1.000 sistemas aéreos no tripulados, denominadas como Collaborative Combat Aircraft. Al respecto Kendall prosiguió expresando que se “complementará y mejorará el desempeño de nuestra estructura de fuerza de combate tripulada. No afectarán el inventario planeado de cazas tripulados. Una forma de pensar en los CCA es como versiones controladas de forma remota de las cápsulas de orientación, las cápsulas de guerra electrónica o las armas que ahora se llevan bajo las alas de nuestro avión tripulado”.
*Fotografía de portada: imagen conceptual del Next Generation Air Dominance provista por Lockheed Martin.
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Otras fuentes de la USAF no son tan optimistas como el Sr. Frank Kendall y establecen que a partir del 2030 quizá haya un prototipo del NGAD y la producción en serie venga años después. Y quizá sea una serie no muy numerosa como pasó con el F-22, todavía quedan décadas por delante de F-16 y F-35.
Realmente, parece un anuncio un tanto grandilocuente.
não importa se é ou não factível. nenhum país do mundo, exceto os ricos ou com possibilidades de sacrificar o orçamento nacional, podem se dar ao luxo de adquirir qualquer caça de 5a ou 6a geração em números razoáveis. o gap tornou-se insustentável. sobra para o 3° mundo o lixo tecnológico travestido de “top de linha”, que depende daqueles para atirarem, voarem ou rodarem. engane-se quem quiser.