Basado en reciente declaraciones, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha abandonado el programa de desarrollo de un nuevo motor para sus cazas de quinta generación F-35; afectando también a otras ramas militares, como la Marina y Cuerpo de Marines. Así se desprende de las palabras esgrimidas recientemente por el Secretario de la USAF, Frank Kendall, optando por profundizar las mejoras en las actuales planta propulsoras turbofan F135.

Durante los últimos años, a la par de la maduración del diseño e introducción de mejoras en el F-35, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y empresas involucradas (como Pratt & Whitney) iniciaron un programa que apuntaba al desarrollo de un nuevo motor para el caza de quinta generación. Denomino oficialmente como Adaptive Engine Transition Program (AETP), se buscaba producir una planta propulsora nueva y más eficiente en comparación con los actuales turbofan F135. Siendo adaptado a todas las versiones de la aeronave en servicio con las Fuerzas Armadas Estadounidenses (A, B y C).

No obstante, una serie de factores han provocado que la USAF se decante por abandonar el proyecto AETP, optando por proseguir y profundizar el actual programa de mejoras de los motores F135 diseñado y fabricado por Pratt & Whitney. Entre las razones esgrimidas por Frank Kendall se encuentran los cada vez mayores costos de desarrollo, como de la incompatibilidad y problemas de adaptación de los diseños propuestos a la versión de despegue y aterrizaje vertical del F-35 (denominada F-35B).

Al momento del abandono del proyecto, las propuestas del AETP se basaban en los diseños y prototipos de motores presentados por General Electric (XA100) y Pratt & Whitney (XA101). Los cuales deberían ser sometidos a soluciones y modificaciones complejas para ser instalados en los F-35B. Además, Kendall justificó la decisión al indicar que “… la combinación de asequibilidad y el hecho de que la Fuerza Aérea, con la variante F-35A, era el único servicio que estaba realmente interesado en AETP”.

Desde las empresas involucradas han mostrado su descontento frente al abandono del proyecto. En especial General Electric, la cual defendió la adoptación de un nuevo motor para los cazas de quinta generación que brindaría a los F-35 de una mayor autonomía (un 30% mayor en comparación al actual F135) y 10% más empuje, además de una mejor reducción de la firma térmica. Por su parte, Pratt & Whitney seguirá involucrada en el desarrollo de nuevas mejoras para los F135 enmarcada dentro del programa denominado como Engine Core Upgrade (ECU).

Por último, es probable que muchas de las soluciones y diseños alcanzados durante el Adaptive Engine Transition Program (AETP) sean aplicados en el desarrollo del motor que equipe al futuro caza de sexta generación de los Estados Unidos, como parte del actual programa Next Generation Air Dominance (NGAD). Por el cual la Fuerza Aérea apunta a contar con 200 aeronaves que reemplacen a los actuales F-22 Raptor en servicio.

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