El Plan de Adquisición de Munición Plurianual (PAMP) de las Fuerzas Armadas argentinas, iniciativa concebida para la recuperación de stocks e incorporación de nuevas capacidades, enfrentará una serie de desafíos en el corto y mediano plazo a la hora de materializar los diversos subproyectos que lo integran. Esto abarca desde cuestiones meramente presupuestarias, pasando por un escenario internacional por demás complejo.

El PAMP fue constituido bajo una planificación ambiciosa (en términos actuales) que buscar revertir décadas de pérdidas de capacidades en materia munición para los distintos sistemas de armas de las Fuerzas Armadas. La intención del Plan de Adquisición de Munición Plurianual es directamente recomponer el poder de fuego de las FFAA, atendiendo la importancia que tiene organizar una base de reserva de munición de distinto tipo para mantener capacidades alistadas y adiestradas.

Tal como hemos informado en otras ocasiones, la problemática de los stocks y disponibilidad de munición en las Fuerzas Armadas lleva varios años, situación que lógicamente tiene un impacto directo en múltiples áreas. El propio poder político, así como la academia ligada al mundo de la Defensa Nacional se han expresado en las últimas décadas sobre el tema, considerando que el estado de las existencias de munición es uno de los aspectos que más se ha deteriorado a causa de una débil visón política sobre la cuestión Defensa, y a las ya perennes restricciones presupuestarias.

Ante este escenario, el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas ha concentrado sus esfuerzos en el PAMP con la intención de revertir paulatinamente la situación descripta. Con un horizonte de ejecución de 10 años, el Plan no solo permitirá ejecutar año a año la compra de municiones de diversos calibres, sino que también procurará la incorporación de nuevas tecnologías. “…Sobre el final de este plan aspiramos que todos nuestros arsenales en cuestión de misiles, torpedos, municiones inteligentes estén a a la altura del resto del mundo…”, confirmó a Zona Militar el Teniente General Juan Martín Paleo, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.

El PAMP no solo pretende plasmar compras de munición y armamento en el exterior, sino que con el paso del tiempo se espera desarrollar algunos subproyectos en el ámbito nacional. Relacionado directamente al FONDEF, uno de los preceptos es que exista algún tipo de derrame en los proyectos de inversión, que potencien las capacidades de I+D y de producción en serie en el país.

Otro punto en que enlaza al PAMP con el Fondo Nacional de la Defensa es que este último contempla constituir asignaciones con la finalidad especifica puesta en la restitución de los stocks de munición. Para ese fin, se estima que hasta un 10% del FONDEF pueda ser utilizado en esta dirección, y de manera plurianual para la recuperación de esta capacidad.

Desafíos

La pérdida de una gran parte de las capacidades de autoabastecimiento obliga que el PAMP tenga que buscar soluciones en el extranjero, lo cual trae aparejado (entre otros aspectos) la búsqueda de los proveedores dispuestos a atender los requerimientos particulares. Este último punto no es un detalle menor, considerando que gran parte de la industria mundial dedicada a la producción de municiones está abocada en atender la demanda por el conflicto en Ucrania.

Si hacemos un rápido repaso, nos encontraremos que algunos ítems requeridos localmente se han ganado el estatus de críticos en el mercado internacional, tales como la munición de 155mm, al igual que sus cargas propulsantes y espoletas asociadas. La provisión cada vez más extensa de armamento de origen occidental a Ucrania implicará que algunas de las municiones requeridas por la Argentina no dispongan una alta disponibilidad: desde la munición de 20mm destinada para los VCTP y piezas de artillería antiaérea, pasando por proyectiles de 105/14 para los Oto Melara M-56, a la munición 81mm y 120mm para mortero, entre otros.

La alta demanda también implica que los proveedores han establecido cuales son sus clientes prioritarios. Pese a que no se han informado cantidades requeridas para el PAMP, es muy probable que las mismas estén muy por debajo de las cifras que manejan los distintos esfuerzos para abastecer a Ucrania, situación que desfavorece a la Argentina.

Sin embargo, este panorama externo abre las puertas para oportunidades locales (y un nuevo desafío), que es la de re-iniciar la producción local de munición para artillería, morteros y cañones medios. Otrora proveedora de las Fuerzas Armadas nacionales y regionales, Fabricaciones Militares apunta a recuperar parte de la capacidad de auto-abastecimiento con la implementación de líneas de producción para proyectiles de mortero de 120mm, de artillería de 105mm y de cohetes de 105mm.

Solo basta repasar viejos folletos de Fabricaciones Militares para comprender hasta donde ha llegado el proceso de desinversión y desmantelamiento que se realizó sobre el tejido industrial para la defensa. En el caso de re-abrir líneas de fabricación, será vital que esta política de re-establecer la producción local salga de las anuncios y buenas intenciones, y que se logre sostener a largo plazo, sobrepasando incluso el período de 10 años previsto para el PAMP.

Otro aspecto que tiene su incidencia en las necesidades locales gira en torno a la antigüedad de algunos sistemas de armas (munición alejada de los estándares actuales) y a su limitada demanda a nivel mundial. Este sería el caso de los cañones Oerlikon de 20mm o la munición de 105mm para los SK-105 Kürassier.

Pese a estos desafíos, el PAMP debe avanzar recurriendo a diversas soluciones que permitan alcanzar sus hitos: desde la mencionada producción local, pasando por la búsqueda de nuevos proveedores, o recurrir a aquellos fabricantes que no se han visto directamente afectados por la demanda internacional, o incluso aplazando temporariamente algunas compras puntuales hasta que el contexto sea más favorable.

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1 COMENTARIO

  1. Recuerdo haber visto, a mediados de los 80s, un catálogo de FM, era un listado de muchos productos militares que el país fabricaba en esas épocas. En el caso de la munición de cañon de 155 mm, ¿no se fabricaban en Rio Tercero?. Sería una muy buena idea volver a fabricar este tipo de cosas en el país y no depender de proveedores externos. Alguna vez fuimos capaces, creo que podríamos volver a hacerlo, solo es cuestión de voluntad e inversión, algo que no abunda en la politica argentina. Otra cosa fundamental será la continuidad de ciertas políticas estrategias en el tiempo, sin importar el ocupante de Casa Rosada, otra cosa que tampoco se da. El que sube, tiende a voltear todo o casi de lo que hizo el gobierno anterior, sobre todo si es de otro signo. Aprendamos de otros paises del barrio, como Brasil y Chile. Sin importar quien gobierne, siempre potencia sus FFAA.

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