La Marina de Brasil ha anunciado en su cuenta de Twitter oficial, la finalización de la transferencia de las secciones del submarino “Angostura” de la Clase Riachuelo al Complejo Naval de Itaguaí-RJ, donde se llevará a cabo la etapa final de su montaje. Según la publicación, este submarino es el cuarto de la clase diésel-eléctrica PROSUB y se espera que sea entregado y puesto en servicio en la Marina en 2025.
Las secciones S2B, S3 y S4 del cuarto submarino del proyecto PROSUB han sido completadas y trasladadas al Complejo Naval de Itaguaí-RJ, lo que representa un hito importante en una política pública brasileña sostenida por varios gobiernos. Con la finalización de la etapa de fabricación de submarinos convencionales, el proyecto está cada vez más cerca de cumplir su objetivo de terminar la etapa de fabricación de submarinos convencionales.
El PROSUB (Programa de Desarrollo de Submarinos) es una iniciativa del gobierno brasileño para construir submarinos convencionales y nucleares en el país, y así fortalecer su proyección al Atlántico. La clase de submarino a la que pertenece el “Angostura” es la clase Scorpène, una serie de submarinos convencionales diseñados por la empresa francesa DCNS (hoy Naval Group) en colaboración con la brasileña EMGEPRON.
Entre las características técnicas de la clase Scorpène se encuentran una longitud de 75 metros, una manga de 6,7 metros y un desplazamiento de superficie de 1.600 toneladas. Estos submarinos cuentan con una tripulación de 35 personas y son capaces de realizar misiones de patrulla, inteligencia y reconocimiento, guerra anti-superficie y anti-submarina, así como también de operaciones especiales.
La construcción de los submarinos del PROSUB ha sido un proceso largo y complejo, que ha involucrado la transferencia de tecnología y el entrenamiento de personal brasileño en el extranjero. Sin embargo, la finalización del “Angostura” y su futura entrega en 2025 son un hito importante para la industria naval brasileña y para la capacidad de defensa del país en la región.
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Brasil es el espejo en que Argentina debería mirarse en términos de defensa. Fue Lula el que comenzó con este proyecto, y lo continuaron los siguientes gobiernos, aún de signo totalmente diferente al del iniciador. Hubo una continuidad de proyectos estratégicos que se mantuvo a pesar de los vaivenes políticos. En nuestro país, esto no se da, el que sube intenta eliminar lo que hizo el gobierno anterior de signo diferente al suyo. Las políticas de defensa no se mantienen en el tiempo, o tal vez sí, ya que algo que se verifica es la constante pérdida de capacidades militares sin importar quién está en Casa Rosada.