Con el foco en futuras disputas en la región Asia-Pacifico, el Comando de Operaciones Especiales (SOCOM) de los Estados Unidos ha dejado entrever su intención de analizar el desarrollo de una variante anfibia del Hércules C-130. Esta búsqueda llevaría a explorar alternativas con naciones aliadas, siendo este el caso de Japón, país que cuenta con experiencia en el empleo de esta clase de aeronaves con capacidad de aterrizar y despegar desde el mar.

La información se desprende de recientes declaraciones del Jefe de Adquisiciones del SOCOM, Jim Smith, en una conferencia celebrada recientemente en la ciudad de Florida. A través de su discurso mencionó que Japón cuanta con una importante experiencia acumulada en esta clase de desarrollos. Más precisamente con el empleo de los aviones anfibios ShinMaywa US-2 utilizados por la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón en un amplio abanico de misiones.

Fuente: Toshiro Aoki – JP Spotters.

Japón es un socio muy importante en el Indo-Pacífico”, indicó Smith. “Estamos considerando asociarnos para ver qué podemos aprender de sus experiencias con el US-2”.

La afirmación gana relevancia al constatar el modesto avance en el desarrollo y empleo de esta clase de aeronaves por parte de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos durante las últimas décadas. Ganado relevancia en la consideración de las autoridades estadounidenses, apreciando los desarrollos realizados por la industria nipona y, con mayor preocupación, por parte de la República Popular China.

El primer antecedente de la intención de analizar la incorporación de esta clase de aeronaves se encuentra a principios del año 2021, cuando el SOCOM firmó una carta de intención con Lockheed Martin que apuntaba a la modificación de uno de sus nuevos MC-130J (versión especializada del C-130 Hércules para Fuerzas de Operaciones Especiales). Buscando que pudiera despegar y aterrizar en el mar para operaciones de transporte anfibio de personal y medios relacionados.

Sin embargo, desde la Fuerza Aérea de los Estados Unidos manifestaron los necesarios recaudos frente a los desafíos de modificar a un C-130 para cumplir este tipo de rol. Quedando patenten las declaraciones del Coronel de la USAF Kenneth Kuebler, el cual, recientemente, expresó que pasaran varios años antes de que las Fuerzas Armadas de EE.UU. pueda contar con una aeronave con estas capacidades. Más precisamente, con la presentación y pruebas de un prototipo del mencionado MC-130J modificado. Indicando que: “En dos o tres años, buscaremos hacer una demostración de la capacidad total”.

Con estos plazos a cuestas, solo para avanzar en un prototipo, podría provocar que se pusieran en marcha otros planes. Teniendo como antecedente la reciente asociación con Japón para el estudio de esta clase de aviones anfibios, el SOCOM en particular, y las FFAA de EE.UU. en general, podría avanzar en la adquisición de una variante del US-2 fabricado por la empresa japonesa ShinMaywa. Aprovechando el conocimiento adquirido por Japón y reduciendo el tiempo de adquisición de esta clase de aeronaves para operaciones marítimas.

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