Con la presentación y puesta en marca de su nuevo radar emplazado en el aeropuerto de Santa Bernardina de Durazno, el gobierno de Uruguay fortalece la capacidad de control del espacio aéreo del país. El acto tuvo lugar a finales del pasado mes de julio, contando con la participación del Ministro Defensa uruguayo, Javier Garcia; acompañado en el acto por el subsecretario de Transporte y Obras Públicas, José Luis Olsizola, Domingo Rielli en representación de la Intendencia de Durazno, el director general del Ministerio de Defensa, Fabián Martínez, el comandante de la Fuerza Aérea, general del Aire, Luis de León, y el director de Dinacia, Brig. Gral. (av.) Leonardo Blengini.
Desde la cartera de defensa uruguaya destacaron que inversión que viene realizando en el Sistema Nacional de Aeropuertos Internacionales, con la incorporación de este nuevo radar valuado en USD 4.000.000. Su adquisición e incorporación responde a los diversos problemas que Uruguay ha tenido para controla su tráfico aéreo. Así lo expresó el titular de la cartera de defensa al expresar:
“Hace dos años atrás tuvimos serios problemas. Porque el radar que estaba aquí mismo en Durazno estaba ya casi que fuera de servicio, o fuera de servicio, un radar muy viejo. Teníamos problemas en Carrasco por un radar que se había comprado en el 2014 pero que no tenía mantenimiento. Y eso nos llevó rápidamente a hacer un arrendamiento, un radar para Carrasco, de hacer el contrato del mantenimiento del otro radar, el principal de Carrasco que estaba fuera de servicio y con falta de mantenimiento, y a incluir este radar en la licitación”.
Agregado: “En este caso, una inversión millonaria en dólares son 4 millones de dólares entre el radar y el sistema ILS que es un sistema que facilita el aterrizaje que se va a instalar en pocos días aquí en Durazno”.
A su vez, en lo referido al control de tráfico aéreo en vista de la presencia de vuelo ilegales, desde el Ministerio de Defensa de Uruguay indicaron que este radar instalado en el aeropuerto de Santa Bernardina de Durazno, indicó: “estos son radares civiles que trabajan en colaboración, es decir, que trabajan cuando los aviones colaboran. A su vez, hay radares militares, que son los que actúan en virtud de un avión que no quiera colaborar, como son aquellos que están llevando adelante el crimen organizado”.
Resaltando en esta cuestión la colaboración con otros países vecinos, como Argentina y Brasil, frente al ingreso de aeronaves provenientes del norte, que a traviesan en cuestión de segundos espacio aéreo uruguayo. Destacando el intercambio de información entre los países, indicado también las dificultades que manifiestan estos vuelos, ya que: “hoy en día los vuelos ilegales, narcotráfico, prácticamente vuelan a ras del piso para no ser captados, porque los radares funcionan como un cono invertido, cuanto más bajo menos posibilidad que un radar aquí en cualquier parte del mundo capte. Seguimos avanzando en eso”, finalizó García.
*Fotografías e información: Ministerio de Defensa de la República Oriental del Uruguay.
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Tuve que buscar en internet quién fue el proveedor: la española INDRA. Desde ya que desconozco los requerimientos específicos pero me resulta llamativo que no haya podido participar INVAP que se dedica actualmente a la provisión de este tipo de radares para uso civil (y también del tipo militar). Desde el momento que no se puede competir en una licitación en un país vecino y “hermano”, o direccionar la compra por medios diplomáticos; se aborta toda posibilidad de fantasear con una industria nacional de defensa.
já tem o radar. falta só o principal.
Federucho, es que partes de una premisa errónea: en políticas de Defensa, un país lo que busca es cubrir sus necesidades para lo cual realiza las inversiones necesarias, con o sin participación de la industria privada. La posibilidad de exportar es un plus colateral que por supuesto es bienvenido.
U.S.A, para llegar a ser el primer exportador de armas del planeta, ha invertido muchos de miles de millones de dólares aportados por sus contribuyentes en el desarrollo de sistemas, que con toda seguridad no deben haber logrado el retorno matemático del capital invertido, al menos en forma directa. Sin embargo a los fines de su políticas de Defensa, lograron cumplir con el objetivo buscado.