Siguiendo el reporte publicado por el medio japonés Yomiuri, Estados Unidos y Japón se encuentran evaluando sobre la decisión de desarrollar conjuntamente in sistema para interceptar misiles hipersónicos que provengan o que sean desarrollados por China, Rusia y Corea del Norte. Se estima que el gobierno japonés y estadounidense aspiran a desarrollar un nuevo misil interceptor dentro de un plazo de aproximadamente 10 años.

De acuerdo con lo que explica el medio japonés, varias fuentes consultadas han confirmado que este proyecto sería presentado en la cumbre realizada entre Japón, Estados Unidos y Corea del Sur, que se celebrará en las afueras de Washington el próximo 18 de agosto. De darse esta iniciativa, este sería el segundo acuerdo para el desarrollo de un proyecto misilístico entre Japón y Estados Unidos desde el SM-3 Block 2A, el cual fue completado en 2017 gracias al desarrollado conjunto de la empresa estadounidense Raytheon Technologies Corp. y el fabricante japonés Mitsubishi Heavy Industries Ltd.

misil SM-6, Raytheon

La decisión que se esconde detrás de esto se debe principalmente al avance de proyectos y tecnologías por parte de China, Rusia y Corea del Norte en lo que respecta a la utilización de misiles hipersónicos. Cómo contramedida a estos explica el medio Yomiuri, el Ministerio de Defensa de Japón estuvo trabajando en el desarrollo de un misil de medio alcance tierra-aire basado en el SM-6 instalado en los buques de las Fuerzas Marítima de Autodefensa de Japón, como uno de sus principales medios de defensa aérea contra misiles balísticos. En ambos casos mencionados la capacidad no llega a interceptar misiles hipersónicos. 

Como bien agrega el medio, en el marco de construir el concepto de interceptar armas hipersónicas, es esencial que se desarrolle un sistema que pueda detectar y rastrear antes los misiles. En ese sentido, Estados Unidos está trabajando sobre la construcción de una “constelación de satélites”, en la que se coordinen y operen de manera conjunta.  Por otro lado, desde finales del 2022, el gobierno japonés también está promoviendo la adquisición de “capacidad de contraataque” para atacar las bases de lanzamiento de misiles del otro país con fines de autodefensa. El plan consiste en acelerar el desarrollo conjunto de nuevos misiles interceptores y el desarrollo de misiles de largo alcance que garanticen la capacidad de contraataque, y realizar rápidamente la “defensa aérea y antimisiles integrada” anunciada en la Estrategia de Defensa Nacional en diciembre del año pasado.

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