El ejercicio Escuela de Fuego II no solo contó con la participación de unidades del arma de artillería, sino que también propició el despliegue de elementos de apoyo de fuego, defensa antiaérea, aviación, comunicaciones, logística y operaciones especiales. En este último caso se trató de tiradores de precisión provenientes de la Fuerza de Operaciones Especiales del Ejército.

Aprovechando las particularidades del ambiente geográfico presentes en el paraje puntano, y replicando la experiencia del año pasado, las tropas de operaciones especiales desplegaron en Salinas del Bebedero sus equipos de tiradores a los fines de ejecutar diversas prácticas, entre ellas el tiro a distancias medias y largas con fusiles 12,7mm y 7,62mm.

Popularmente conocido como snipers, los tiradores especiales constituyen un elemento altamente entrenado y equipado, contando con habilidades perfeccionas, tanto en la disciplina como en la supervivencia en el terreno, entre otras. Su misión principal es la de proveer apoyo a operaciones de combate, ya sea con su fuego de precisión de largo alcance o con su capacidad de recolección de información gracias a los diversos medios de observación y optrónica que tienen a disposición.

Pese a que Escuela de Fuego II contó con un puesto de observación para la selección y ajuste de fuego de las distintas baterías (la actividad realizada en esta posición formó parte de la currícula del ejercicio con el Curso Complementario de Adquisición de Objetivos), los equipos de tiradores especiales también forman parte de los recursos disponibles a los fines de brindar al comandante una mayor flexibilidad y capacidad adicional de vigilancia, seguimiento y tiro de largo alcance.

Parte del material desplegado en Salinas del Bebedero incluyó fusiles antimaterial Steyr HS.50 M1 de 12,7mm y Daniel Defense DD5V4 de 7,62mm., armamento con el cual se realizó tiro a lo largo de las jornadas que se extendió Escuela de Fuego. Las actividades también incluyeron práctica de observación así como la demostración a las diversas autoridades del Ejército y de la Infantería de Marina que se hicieron presentes, entre ellos el Jefe de Estado Mayor General del Ejército, Teniente General Guillermo O. Pereda.

El equipo de operaciones especiales también dispuso de un drone, el cual fue utilizado como apoyo para observación y sobrevigilancia aprovechando los sensores electro-ópticos con capacidad todo tiempo. Los vehículos aéreos no tripulados fueron un tema recurrente durante el ejercicio Escuela de Fuego II, no solo por la experiencia previa sobre los sistemas sino por su rol relevante en el conflicto de Ucrania, conflagración en la cual el arma de artillería sigue teniendo una gran incidencia.

Agradecimientos: Ejército Argentino; Escuela de Artillería; FOE; Secretaría General.

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