Leí la entrevista al Coronel RE Marcelo Rozas Garay publicada en Zona Militar el 16 de octubre pasado. Aclaro que conozco al Coronel desde hace muchos años, que este tema lo hemos conversado y que no conozco la plataforma de los otros partidos políticos en lo referente al Área Defensa.
Repasando los ocho objetivos que plantea, ninguno dice explícitamente algo así como “Asegurar el readiness del instrumento militar”. Uno de ellos, el sexto, reza “Asegurar niveles presupuestarios para su funcionamiento y atender el FONDEF para asegurar el adecuado requipamiento de las Fuerzas Armadas”. Este objetivo es claro en lo relativo a la incorporación (Logística Genética) pero no en lo referente a la “Soportabilidad” de los sistemas de combate, ya que el funcionamiento abarca todo, desde el racionamiento para el personal hasta los repuestos para los medios, pasando por el combustible, los medicamentos, el equipo individual que se entrega al ingresar al servicio, etc., básicamente lo incluido en el Presupuesto Nacional como Incisos 2 y 3.
Es más, los objetivos dos, cuatro y cinco no son cumplibles si los sistemas operativos carecen del readiness necesario, porque no generan disuasión, no pueden defender el país de las amenazas actuales, no pueden asegurar la protección y soberanía y para poder cooperar internacionalmente se tiene que tener, además de voluntad política, los medios alistados y el personal adiestrado.
Pero ¿Que es el Readiness? Puede resumirse en que un sistema de armas, como tal, sea confiable, pueda ser utilizado en el momento que se lo requiera y pueda ejercer su función durante un lapso establecido.
Se pueden ver tres condiciones. La primera, la “confiabilidad del sistema”, ocurre cuando el personal que lo opera es competente, el nivel de adiestramiento es adecuado, los equipos son técnicamente confiables y la soportabilidad es satisfactoria, tal como se ve en la Figura siguiente:
La soportabilidad es un término acuñado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos (DoD) en 1997, que la define básicamente como la “capacidad de un sistema diseñado integralmente para apoyar las operaciones y las necesidades de alistamiento durante la vida útil del sistema a un costo asequible”. Para desarrollarlo requiere:
- Diseñar y construir el equipo o sistema para que sea soportable.
- Diseñar y adquirir el sistema de soporte que asegure que el equipo podrá ser operado y mantenido durante su vida útil.
- Una vez que el equipo está operativo, ejercer la soportabilidad para sostener su confiabilidad.
La segunda condición mencionada es que “pueda ser utilizado en el momento que se lo requiera” y esto implica que los sistemas que componen el Instrumento Militar tienen que estar listos a intervenir con un tiempo razonable de preaviso, el cual debería estar orientado a completar los niveles de abastecimientos necesarios y desplegar hasta el punto de aplicación del esfuerzo. Esta condición depende de la primera, porque si los equipos no son confiables, el nivel de adiestramiento es poco, no hay procedimientos establecidos y ensayados y no hay capacidad de soporte, mal se va a poder llegar en término y en condiciones al punto de aplicación y si llega, poco va a poder hacer.
La tercera, la sostenibilidad, está ligada a las previsiones logísticas, básicamente abastecimientos, para completar los niveles iniciales de los sistemas y sostenerlos a lo largo del período de operación previsto en las “Capacidades Militares”. En mis tiempos en la Armada los llamábamos “acopios”, estaban reservados solo para caso de conflicto y dentro de esta categoría había munición de todo tipo, repuestos, equipo, armamento, etc. De hecho cuando el Batallón de Infantería de Marina N°5 desplegó en 1982 a Malvinas, lo hizo con 24 horas de preaviso y llevó 60 toneladas de carga, que incluía raciones para 60 días, munición de todo tipo para 10 días de combate, equipo individual, elementos para fortificaciones, armamento, etc. y no hablo de reabastecimientos. Estoy seguro que ninguna unidad estaría hoy en condiciones de desplegar con ese nivel de alistamiento y sostenimiento en ese tiempo de preaviso. Tampoco quiero imaginar el esfuerzo que significa a cada fuerza la ejecución de los ejercicios que se publicitan, cuanto tiempo antes comienzan a prepararse y con qué capacidad de combate real lo hacen.
Respecto al readiness, hay dos noticias del exterior que atrajeron mi atención:
La primera, que llegó de Estados Unidos, señalaba que la Oficina de Control y fiscalización del Gobierno (GAO)1 reportó al Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, que el esquema de mantenimiento preventivo de sus medios de combate no alcanzó aún el nivel deseable, afectando su Readiness. Indicó en su informe que: “El Departamento de Defensa (DoD) se enfrenta continuamente al reto de proporcionar a sus combatientes sistemas listos para la batalla, medios terrestres, buques y submarinos y aviones, gastando del orden de 90 billones de dólares en el mantenimiento de los sistemas de armas. Para mejorar disponibilidad de estos sistemas, el DoD está implementando el mantenimiento predictivo…”. La GAO examinó el grado de implementación en las FF.AA. e hizo 16 recomendaciones a las mismas porque aún no era satisfactorio y el DoD estuvo, en general, de acuerdo con las recomendaciones.
La segunda noticia es del 16 de mayo pasado y comentaba que el Comandante de la Marina de Brasil, Almirante Marcos Sampaio Olsen, alertó a los Senadores de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional que “La Marina brasileña desmantelará el 40% de sus medios hasta 2028”2. En el informe señaló que esa Fuerza perdió 1.000 millones de reales en el presupuesto desde 2017, cuando se aplicó el sistema de techos para los gastos como política fiscal. Indicó también que “La presencia de la Marina en las acciones nacionales depende de suministros como combustible, municiones y apoyo logístico, así como se servicios de mantenimiento” y que este conjunto de capacidades se ha visto muy afectado.
Hay que pensar que para mantener un equipo de militar con la confiabilidad requerida para entrar en combate, ya sea un buque, un tanque o cualquier otro medio, excepto un avión (se calcula diferente), requiere una inversión anual en repuestos y servicios equivalente al 2% del valor de reposición de un equipo similar3. Por ejemplo un OPV, como los que incorporó recientemente la Armada con un costo unitario de 80 millones de dólares, requeriría por año una suma de 1,6 millones de dólares para asegurar que se mantenga la confiabilidad inherente del buque. El presupuesto actual previsto para la Armada, para en mantenimiento de los medios dependientes del Comando de Alistamiento y Adiestramiento, no alcanzaba para comprar los repuestos necesarios para tres de los cuatro OPV y en función de la cuota de compromiso bajada a la Fuerza hasta un mes atrás, no permitía mantener solo uno de ellos. De seguir en este camino, es muy probable que en poco tiempo la confiabilidad de estos medios no se sostenga y comiencen a salir de servicio equipos que hacen a la capacidad del buque como sistema de armas, hasta convertirse en una cascara vacía que puede navegar.
Tener sistemas de armas antiguos y casi obsoletos no es bueno, porque estamos tecnológicamente atrasados respecto al resto de la región, pero si estos sistemas viejos fuesen confiables, sus tripulaciones estuviesen adiestradas y existiesen acopios, inspirarían respeto y generarían disuasión. En Malvinas quedó demostrado lo que podemos hacer cuando tenemos las herramientas. Pero si esos medios no funcionan o no son confiables porque no hay recursos para mantenerlos, no tienen la munición necesaria para sus armas y las tripulaciones no están adiestradas, es lo mismo que no tener nada.
Paralelamente, incorporar, modernizar o recuperar sistemas sin el equipamiento necesario para garantizar su soportabilidad, no asignar el presupuesto necesario para asegurar la confiabilidad y el nivel se adiestramiento adecuado, ni para incorporar y mantener el nivel de acopios que permita sostener el esfuerzo en el tiempo previsto, es casi lo mismo que no tener nada.
Pensar en el presupuesto de funcionamiento como un todo es engañarse a sí mismo, porque “funcionamiento” como tal no representa nada, es un amuchamiento de cosas que no aseguran el readiness ni permiten un control rápido y efectivo sobre el destino del gasto. Hay que empezar a hablar de funcionamiento por un lado y readiness por otro y paralelamente, controlar la aplicación de los fondos para asegurar el readiness.
El readiness es algo demasiado importante como para no ser tenido explícitamente en cuenta, basta ver que en países como Estados Unidos es el Congreso el que fija el nivel de Readiness, en base a este asigna el presupuesto para las Fuerzas Armadas y verifica, a través de los organismos de control, su cumplimiento.
El día que escuche a un dirigente político mencionar como primer objetivo para las Fuerzas Armadas “Asegurar el readiness del Instrumento Militar” voy a creer que van más allá de lo declamativo. Hasta tanto, seguiré con mi escepticismo acerca que nada va a cambiar.
Notas
1 United States Government Accountability Office (GAO). Military Readiness, actions needed to further implement predictive maintenance on weapon systems. (dic 2022). Report to the Committee on Armed Services, House of Representatives.
2 Calafa R. 2023. La Marina brasileña desmantelará el 40% de sus medios hasta 2028. Infodefensa.com. 16 de mayo de 2023
3 Vittorangeli, A. 2022. Bases para el diseño y soporte de un sistema de defensa nacional eficiente. Foro Argentino de Defensa. https://www.fadefensa.com.ar/2023/06/21/bases-para-el-diseno-y-soporte-de-un-sistema-de-defensa-nacional-eficiente/
Todos mis respetos al Sr. Armando, pero creo que usted es un iluso. Los políticos argentinos, el único “readiness” que conocen, es el de la rosca política y del robo. No debe haber ninguno que conozca ese término en la faz militar. Puede ser que la Sra. Villaroel, al ser hija de un militar ex-combatiente de Malvinas, lo conozca, pero al resto, se le hace un gran signo de pregunta arriba de la cabeza…
El término readiness, podrá a primera vista sonar desconocido porque es un término anglosajón, pero una vez que le traducen lo que significa a cualquier funcionario público o militar a cargo de un cuerpo militar o una unidad de defensa, desde un suboficial principal, un coronel, y hasta el Ministro de Defensa, se dará cuenta que sabe perfectamente lo que es. Básicamente el término readiness significa que la unidad debe “estar preparada para la acción, bien equipada y en buen estado”, o bien, en una forma más simplificada: “listas para la acción”. Lo que sucede es que a nivel país, es más complejo. Cada país tiene su propio desarrollo económico, con un presupuesto de defensa asignado, sus propios problemas sociales y sus propias hipótesis de conflicto. Así, en principio el término readiness en países con generosos presupuestos de defensa y varios frentes de conflictos que atender, como EEEUU, o su equivalente en China que el equivalente a readiness es 战备 (zhànbèi), literalmente “preparación para la guerra”, va a ser muy diferente a países como Argentina. No obstante, el concepto de readiness es aplicable a todos los países, independientemente de su tamaño, poderío militar o situación económica. En todos los casos, las fuerzas armadas deben estar preparadas para cumplir con sus misiones, sean cuales sean. Un país como Argentina, estaría más enfocado a procurar contar con una capacidad mínima de las fuerzas armadas para proteger las fronteras y apoyar a la ciudadanía en caso de desastres naturales o emergencias. Si vemos las compras que ha tenido Argentina en los últimos años, la mayoría han sido vehículos de entrenamiento, transporte y vigilancia. Tienen esa lógica. Así que eso indica que los del Ministerio de Defensa saben lo que ese término significa.