En marco del Ejercicio Combinado “CORE 23”, tropas de los Ejércitos de Brasil y los Estados Unidos realizaron maniobras de asalto aeromóvil helitransportado, teniendo como escenario las regiones amazónicas de Belém, Macapá, Ferreira Gomes y Oiapoque.

Esta operación corresponde a la tercera fase del CORE 23, la cual se desarrolla entre los días 7 al 16 de noviembre, y que consiste en actividades que abarcarán además del asalto aerotransportado, operaciones en entornos selváticos. La finalidad del asalto aeromóvil fue llevar a cabo una infiltración de tropas desde el aire, con el objetivo de efectuar la toma de una posición estratégica dentro de territorio enemigo.

Los helicópteros fueron desplegados al Aeródromo Salomão Alcolumbre, en Curiaú (Macapá), para luego desembarcar las tropas en la región de Ferreira Gomes, donde continuaron las operaciones terrestres. Para el asalto, la Aviación del Ejército Brasileño movilizó helicópteros Black Hawk, Cougar, Jaguar, Pantera K2 y Fennec.

Al respecto, el General de Brigada Fábio Serpa de Carvalho Lima, Comandante de Aviación del Ejército señalo que “Es sumamente importante que nuestras tropas participen en ejercicios, ya sean individuales, conjuntos o especialmente combinados, como este que se está llevando a cabo ahora. Desde CORE 21, la aviación de Ejército está presente. Las actividades realizadas en contexto del ejercicio CORE, permitieron evolucionar en técnicas, tácticas y procedimientos, intercambiando experiencias con el Ejército norteamericano”.

Los helicópteros también efectuaron el transporte de carga externa, desplazando dos obuses hasta un lugar estratégico, en el cual tropas previamente desplegadas recibieron el armamento. Esta maniobra resulta critica dado el peso de cada cañón (1200 kilogramos), lo que requiere de la coordinación de un equipo militar de Transporte Aéreo, Abastecimiento y Servicios Especiales de Aviación para realizar la preparación de las piezas de artillería para su transporte.

Asimismo, se llevó a cabo el lanzamiento de veintiún soldados pertenecientes a Fuerzas Especiales de Brasil y Estados Unidos, quienes saltaron desde una altitud de 10 mil pies, con el objetivo de ejecutar una infiltración mediante salto libre. Una vez en tierra, los efectivos recorrieron unos 14 kilómetros de territorio enemigo. La misión de las fuerzas especiales fue realizar un reconocimiento previo de los objetivos a alcanzar por el grueso de las tropas que posteriormente efectuaron el asalto aéreo.

*Créditos de las imágenes: Ejército Brasileño.

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