En el marco de las operaciones programadas de desactivación de artefactos históricos (HODOPS, por sus siglas en inglés), llevadas a cabo entre el 9 y el 18 de noviembre, personal de la Agrupación Permanente de Contramedidas Antiminas de la OTAN (SNMCMG1) logró la desactivación de 16 minas marinas que se encontraban presentes en la zona desde la Segunda Guerra Mundial.
Las tareas de búsqueda, identificación y neutralización de los artefactos se desarrollaron en un total de 120 horas, y requirieron el despliegue de 5 buques cazaminas y 2 dragaminas en un área de 22 millas náuticas cuadradas. De esta manera, se logró desactivar un total de 16 minas, encotradas entre más de 200 objetos similares.
“Las aguas estonias son una de las zonas más minadas del mundo y ofrecen una valiosa oportunidad para entrenar y aumentar la preparación para el combate de la SNMCMG1 (…) También aumentamos la interoperatividad y reforzamos el vínculo que compartimos con nuestros aliados estonios, que tan importante es para el conocimiento global de la situación de la OTAN en la zona”” declaró Piotr Bartosewicz, el Comandante Naval polaco de la SNMCMG1 quien, desde el buque de la Armada Polaca ORP Czernicki (511), dirige un grupo integrado por los cazaminas de la Marina Belga BNS Crocus (M917), el FGS Bad Bevensen (M1063) de la Marina Alemana, el HNLMS Vlaardingen (M863) de la Marina Real Holandesa y dos dragaminas de la Marina Polaca: ORP Drużno (641) y ORP Hańcza (642). Participaron, también, de estas operaciones los buques cazaminas ENS Ugandi (M315) y LNS Skalvis (M53), de Estonia y Lituana respectivamente.
Una vez finalizadas las tareas de las operaciones programadas de desactivación de artefactos históricos, el contingente aliado se dirigió a Finlandia para dar inicio al ejercicio Freezing Winds 23, la primera actividad naval organizada por el país nórdico como miembro de la OTAN.
El Mar Báltico y sus Estados ribereños comprenden una región de gran importancia para la puja de poder entre la Unión Europea y Rusia. Occidente logró imponer su posición con las patrullas aéreas y las tareas de desminado en la zona, a la vez que sumó a un nuevo e importante aliado como lo es Finlandia; pero Rusia no parece tener la intención de retroceder, hasta el punto de ser uno de los principales sospechosos de sabotaje por los recientes daños a infraestructura en el Báltico.
Imágenes de: SNMCMG1.
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