El jueves 30 de noviembre, cuatro cazas F-16 de la Fuerza Aérea de Turquía llegaron a la Base Aérea 86 de Borcea, ubicada al sureste de Rumania, con el fin de participar por primera vez en la misión de Policía Aérea de la OTAN. Así lo informó el Mando Aéreo Aliado el 4 de diciembre.
Según la OTAN, esta es la primera vez en la cual la Fuerza Aérea de Turquía participa en territorio rumano de un despliegue. Por su parte, Dylan White, quien es el actual portavoz interino de la Alianza, le dio la bienvenida a los cazas F-16 turcos.
En esta ocasión, estos aviones de combate volarán con sus homólogos alemanes y rumanos para vigilar el espacio aéreo de la OTAN, específicamente en las costas del Mar Negro. La idea es que el destacamento turco refuerce a sus aliados en cuanto a la defensa aérea basada en superficie y lo harán con un sistema denominado MAMBA, el cual es francés. Al respecto, Dylan White añadió: “Estos despliegues son una demostración de capacidad y determinación para proteger a nuestra gente y territorios. Las fuerzas aéreas de la OTAN permanecen listas para responder a cualquier amenaza desde cualquier dirección”.
En última instancia, la idea es que la Alianza pueda disuadir y protegerse de las posibles amenazas que surjan en el Mar Negro sobre todo después de la invasión rusa a Ucrania.
Después de la citada invasión, la OTAN se ha esforzado por acrecentar su presencia en la parte del Este de la Alianza, con la incorporación de más aviones de combate y también más vuelos de vigilancia.
Con lo cual, la nueva misión de Policía Aérea que realizarán los aviones de combate rumanos, alemanes y turcos reforzarán, por un lado, el trabajo de colaboración de estos tres países tanto en el espacio aéreo como en el marítimo. Y, por el otro lado, como el objetivo es desarrollar despliegues a largo plazo, también se deja entrever un compromiso claro entre los aliados de la OTAN para apoyarse y fortalecer lazos en términos de defensa colectiva.
*Fotografías: Comando Aéreo Aliado de la OTAN.
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