Este es el cuarto artículo dedicado al estudio de las Fuerzas blindadas del Ejército de Colombia, en capítulos pasados: “Blindados de las Fuerzas Armadas de Colombia: entre mitos y realidades”, “Los vehículos blindados del Ejército de Colombia a lo largo de las décadas de los 70´ 80´ y 90´ “ y “Los vehículos blindados del Ejército Colombiano: desde el año 2000 hasta la actualidad” he tratado de esbozar de forma completa la historia y desafíos de las unidades de Caballería, Infantería Mecanizada y grupos livianos de vigilancia de Infraestructura, en este capítulo tratare de dar un visión sobre el futuro que espera a nuestra arma de Tierra.
Desafíos
El principal desafío de los medios mecanizados de Colombia, debe ser la protección de nuestros soldados, todos los días vemos como, con atentados y emboscadas al lado de las carreteras mueren integrantes de la Fuerza Pública a manos de grupos irregulares y delincuenciales, por lo tanto, este debe ser el fin fundamental de las adquisiciones, modernizaciones y reparaciones del material Blindado.
Es absurdo pensar en un conflicto internacional, ya que como se ha estudiado nuestras capacidades no son suficientes para enfrentar a un Ejército mucho más numeroso y mejor armado como el Venezolano. Y parece absurda la creencia de enfrentar 87 LAV III a 92 T-72 B1, 84 AMX-30, 35 AMX-13, 123 BMP 3M, 78 Scorpion y 114 BTR-80, todos estos con mayor poder de fuego que los LAV, a pesar de ello se insiste en que el gasto de 305 millones de dólares es justificable para defender la frontera norte.
Así las cosas, nuestras necesidades reales se encuentran en el frente interno, en la defensa de carreteras, poblaciones y en la salvaguarda de nuestra población y de nuestros soldados y policías. Además de lo anterior un desafío es demostrar honestidad y trasparencia en los procesos de contratación que tantos cuestionamientos e investigaciones han generado. Sobra decir que no es lógico que Viceministros y altos oficiales amenacen a periodistas por denunciar hechos de corrupción como ocurrió en mayo del presente año tras la investigación de la revista semana sobre la compra de los LAV III.
Mantenimiento de unidades existentes
¿Es lógico y natural que los equipos en materia castrense queden en desuso o no se puedan mantener por su antigüedad y en el caso colombiano la obsolescencia está a la vuelta de la esquina en especial para los vehículos de Engesa y M113, pero en verdad estos equipos están llegando al final de su vida útil? En primer lugar, si observamos la utilidad de estos podemos encontrar que naturalmente no sirven para enfrentarse a otros vehículos similares o superiores por lo que esa no puede ser su función, pero para el frente interno su utilidad es asombrosa.
Los EE-11 Urutu pueden transportar de forma segura 12 hombres, siendo 56 las unidades en inventario, con el mantenimiento podríamos proteger a 672 hombres y salvar sus vidas cuando son atacados con fusilería o cargas improvisadas, pregunto cómo vamos a proteger a estos estos soldados en las carretas de Catatumbo o los Montes de María? El EE-9 Cascavel a pesar de no tener las miras modernas ni un sistema de armas avanzado, es un factor disuasorio para los grupos criminales y su presencia garantiza la seguridad de poblaciones e infraestructuras, sin duda los dos son útiles en la actualidad para luchas contra elementos como El clan del Golfo, la Nueva Marquetalia o el ELN.
Entendiendo la diferencia en la utilidad en una guerra convencional y la utilidad en un frente de seguridad interno, sin duda los vehículos Engesa, son útiles, su mantenimiento se lleva a cabo por unidades de Logística del EJC, que yo mismo he visitado, que han podido con el trabajo por años y lo pueden seguir haciendo, el astillero Cotecmar ha actualizado y reparado submarinos y fragatas de la misma antigüedad y se encuentran totalmente funcionales, sin embargo la industria militar colombiana no puede mantener un simples blindados de menos de 12 toneladas?.
En recientes días algunos oficiales del Ejército no identificados informaron que estas plataformas debían pasar a retiro, lo que no es más que una cortina de humo que tiene por fin obligar la adopción y nueva compra del LAV III a pesar de las investigaciones que el contrato ya arrastra.
Respecto a los M113 aunque no se vieron en desfiles, estos se están en proceso de actualización e incluso muchos de ellos ya fueron actualizados, principalmente porque sin ellos la pobre infantería Mecanizada Colombiana dejaría de existir ya que son el vehículo principal de dicha fuerza.
Las donaciones
Las donaciones internacionales de armas han sido muy importantes para el Ejército Nacional durante toda su historia, en especial de los Estados Unidos, ahora no encontramos con la donación del M1117 y HMMWV. Respecto a los M1117 se recibieron 80 en los últimos años, pero falta la llegada de 65, que ante la falta de continuidad de proyectos que ha demostrado este Gobierno, nada de extraño tiene que no realicen las gestiones tendientes a completar lo acordado. Ahora los HMMWV han seguido llegando en algunos casos con blindajes y en muchos casos adquiridos no donados y su utilidad es innegable en las carreteras colombianas en especial para la Brigada Liviana de Caballería.
Al final se nota que este Gobierno y en especial el ministro de defensa, no les interesa realizar gestiones tendientes a fortalecer la fuerza pública, lo que sumado a las desastrosas declaraciones del Presidente y el silencio cómplice de los generales de turno, paralizará la búsqueda y entrega de donaciones a las FFMM.
La Industria Nacional
Dos vehículos blindados se destacan en este sector el Hunter en sus distintas variantes y el Titán, que están enfocados en la protección de tropas dentro del teatro de operaciones contra la delincuencia, se ha especulado sobre la adquisición de 4 unidades del primero y 5 del segundo durante el año 2023, sin confirmación oficial.
Se tiene que los dos vehículos son útiles y necesarios y que debían ser la punta de lanza del desarrollo de la industria militar en este apartado, tan anunciada por Petro, pero al contrario el número de pedidos es mínimo cuando se podría adquirir hasta 100 vehículos por un costo inferior a 50 millones de dólares, lo que llevaría a que hasta 3500 soldados se pudieran desplazar con seguridad por las carreteras de Colombia. Es cierto que no son la mayor tecnología y que no pueden ser muy útiles en un teatro de Guerra activa, pero en la guerra interna e irregular son apoyos muy valiosos.
Las adquisiciones
La única adquisición importante es la de 55 LAV III, cuyo proceso está lleno de dudas e investigaciones por parte de los entes de control como ya fue informado por nuestra revista a los lectores, a la vista no aparece ni presupuesto ni intenciones de adquirir algún otro tipo de vehículo con mayores prestaciones o en un número mayor. Fuera de toda posibilidad se encuentra la adquisición de tanques medios de batalla o MBT, vehículos de combate de infantería u otros transportes.
También es extraño que a pesar del inicio de las investigaciones por la compra de los LAV III estas no avancen de forma rápida llevando a la decisión que sería más que acertada de detener este costoso contrato, que además gasta los pocos recursos existentes de forma innecesaria, o no brinda capacidades de protección a la gran mayoría de nuestros soldados, tiene valores exorbitantes y obliga al Estado Colombiano a asumir gastos como el transporte o seguros que debieron haber sido cancelados por la compañía vendedora.
Así las cosas, ante la ceguera del Gobierno al actual y la incapacidad del Ministerio de Defensa de tomar decisiones adecuadas, segados por su desconocimiento del sector defensa y de la tecnología que ofrece actualmente, no tendremos más que aceptar esta compra para que dentro de un par de años salgan las condenas de unas investigaciones que parecieran detenidas por el poder político.
Conclusión
Hoy las Fuerzas Blindadas Colombianas perderán en corto plazo sus mínimas capacidades, por la falta de interés en el mantenimiento del grueso de sus blindados, la adquisición de nuevos vehículos detenida o mínima y mal enfocada, las donaciones frenadas por la posición política de nuestro presidente e incapacidad del Ministerio de adelantar trámites ante gobiernos extranjeros; así que la única conclusión que queda para las fuerzas blindadas del Ejército de Colombia es su disminución, debilitamiento y prácticamente su extinción como componente de las fuerzas militares de Colombia. Futuro triste y con culpables claros.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración – créditos Ejército Nacional de Colombia.
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Es evidente que las FFMMCC no tienen unidades blindadas, las cuáles, según la nomenclatura internacional generalmente aceptada, solo se denominan así cuando se posee tanques principales de batalla (definidos estos como vehículos blindados a oruga con torreta portante de un cañon mayor a Cal.75mm con capacidad transversal de tiro de 360° y de peso mayor a 25 toneladas), o se llaman unidades blindadas ligeras cuando se posee tanques livianos (con las mismas características de tren motriz y armamento de los tanques principales pero con peso menor a 25 toneladas); ningún vehículo del inventario actual colombiano cumple esos requisitos. Colombia dejo de tener fuerzas blindadas cuando se pasó a retiro los M3A1 Stuart que recibió en la década de 1.940; desde allí solo ha tenido fuerzas motorizadas y mecanizadas, y en entidad bastante pequeña.
Es muy cierto el análisis de Gonzalo, los ministros de defensa desconocen las capacidades y especificaciones de los vehículos blindados, sus asesores son políticos que no comprenden a fondo la técnica militar, por lo que generalmente, consideran tanques elementos blindados de otros tipo y con fundamento en su desconocimiento toman decisiones erradas para las tropas colombianas. Y es totalmente cierto que Colombia no posee una fuerza blindada real
Hoy en día, tanto las organizaciones delictivas como las guerrillas cuentan con armas antitanques. Un caso emblemático de los delincuentes armados con este tipo de armas son los carteles mexicanos, algunos armados con lanzacohetes capaces de incapacitar un MBT y destruir blindados ligeros. Estos últimos blindados son útiles para enfrentar delincuentes con armas cortas y largas de mediano calibre. Algunas bandas incluso cuentan con armas calibre .50, las que ya representan una amenaza para el débil blindaje de los transportes. De cualquier forma, que tanto soldados como policías transiten en blindados por las carreteras, es mejor que hacerlo en simples vehículos desprotegidos. Es evidente que el desinterés por los temas de defensa no son exclusividad de la clase política argentina.