En una reciente conferencia de prensa, el Ministro de Industrias Estratégicas de Ucrania confirmó que en el último año se ha logrado incrementar la producción de algunas líneas críticas para sostener los esfuerzos de las Fuerzas Armadas ucranianas. Alexander Kamyshin, titular de la cartera, detalló como los avances logrados en el 2023 permitieron mejorar los ritmos de fabricación de vehículos blindados, munición de artillería y misiles anti-tanque.
En el caso de los vehículos blindados, Kamyshin detalló que la producción transportes de tropa se logró multiplicar por cinco en los últimos meses. La declaración no mencionó el tipo de vehículo, pero se puede especular que se trataría de algunos de los vehículos de combate blindados a rueda que estaba produciendo Ucrania antes de la invasión rusa. Se podría tratar del BTR-4, o tal vez un avance en la producción del VCBR BTR-60M Khorunzhy.
Desde el inicio del conflicto, las Fuerzas Terrestres ucranianas han perdido una considerable cantidad de vehículos blindados, material que en parte ha sido reemplazado por las transferencias provenientes de países aliados. Sin embargo, Kyiv habría logrado reestablecer la producción de modelos locales a los fines de sumar una nueva línea de abastecimiento, tal como mencionó el ministro Kamyshin.
Otro punto relevante sobre el cual se han logrado avances es la fabricación de los vehículos de combate de artillería 2S22 Bohdana. Al inicio de la invasión rusa, Ucrania solo contaba con un prototipo, unidad que logró salvarse de la captura, y que participó de acciones ofensivas como la recuperación de la Isla de las Serpientes. Posteriormente, la cartera de Defensa confirmó que se iniciaría la producción en serie de una versión modificada con una nueva plataforma (Tatra 815-7 8×8) así como mejoras en el diseño (sistema de carga automática). En las últimas semanas se ha logrado apreciar algunos VCA operando en apoyo a las operaciones ofensivas y defensivas. Según lo mencionado por Kamyshin, actualmente se fabrican por mes seis 2S22 Bohdana.
Uno de los puntos críticos ha sido la recuperación en la producción de munición de artillería y morteros, las cuales se han expandido un 2.5 y 42 veces, respectivamente. La provisión de proyectiles de artillería es considerada esencial para complementar los aportes provenientes de occidentes, material que no ha logrado completar las cuotas previstas. Esta situación ha tenido un impacto directo en el campo de batalla, ya que las unidades de artillería ucranianas han debido reducir considerablemente los tiros diarios, siendo una vez más sobrepasadas por el fuego ruso.
Finalmente, Kamyshin reconoció que la producción de misiles Stugna se logró duplicar respecto a 2022. Este misil anti-tanque logró demostrar su valía durante el primer año del conflicto, al ser uno de los principales sistemas en servicio para destruir tanque, vehículos de combate de artillería e incluso helicópteros.
Pese a la provisión de misiles occidentales tales como Javelin, NLAW, MILAN, TOW, entre otros, Ucrania sigue sosteniendo la producción del Stugna, modelo en el cual se ha ganado notable experiencia y cuyas capacidades han demostrado ser letales para las fuerzas blindadas rusas.
Con la asistencia de occidente llegando a una meseta, Ucrania intentará sostener las iniciativas que le permitan a sus fuerzas terrestres disponer de cierta capacidad de autoabastecimiento, situación que dista bastante de los actuales requerimientos.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: MinDef Ucrania
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