El Comando Aéreo Aliado de la OTAN informó que se registraron 300 interceptaciones de aeronaves de la Fuerzas Armadas Rusas durante las tareas de Policía Aérea el el Báltico a lo largo del año 2023.
La Misión de Vigilancia Aérea en el Báltico se desarrolla desde el año 2004 y cuenta con la participación de las Fuerzas Aéreas de Estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que despliegan medios y efectivos a fines de interceptar aeronaves no identificadas y asistir a Lituania, Letonia y Estonia en la defensa de su espacio aéreo, ya que estos países no encuentran en su posesión los medios necesarios que posibiliten llevar a cabo operaciones de este tipo.
La razón de las continuas interceptaciones responde al historial de las aeronaves rusas de no transmitir un código transpondedor que indique su posición y altitud, no presentar un plan de vuelo y no comunicarse con los controladores aéreos. Por lo general, estos encuentros fueron cortos y profesionales, y la presencia de los aviones rusos no solía extenderse mucho.
Lo cierto es que, a pesar de lo anterior, el conflicto ruso-ucraniano elevó significativamente la tensión en Europa y esto puede verse especialmente en el flanco oriental del área de operaciones de las tareas de Policía Aérea. Como respuesta, la OTAN reforzó los sistemas de vigilancia aéreos, terrestres y navales.
En este contexto, el portavoz en funciones de la OTAN, Dylan White, declaraba: “La guerra de Rusia contra Ucrania ha creado la situación de seguridad más peligrosa en Europa en décadas (…) Los aviones de combate de la OTAN están de servicio las 24 horas del día, listos para despegar en caso de vuelos sospechosos o no anunciados cerca del espacio aéreo de nuestros Aliados. La vigilancia aérea es una forma importante en la que la OTAN proporciona seguridad a nuestros Aliados”.
El Báltico se volvió un área común de encuentros desfavorables entre las fuerzas aliadas y las fuerzas rusas. Luego de la adición de Finlandia a la Organización del Atlántico Norte, se acusó a Rusia de sabotear gaseoductos e infraestructura de comunicaciones en la región como represalia.
Imágenes de: NATO Allied Air Command.
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