Conforme la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) ya tiene en su poder los primeros prototipos del T-7A Red Hawk para pruebas, Boeing y empresas asociadas comienzan a traccionar los procesos productivos para la fabricación de los nuevos entrenadores avanzados. Más precisamente, la empresa aeroespacial estadounidense otorgó a Saab un nuevo contrato para la producción de nuevos fuselajes de la aeronave por un valor de USD 101,7 millones.
A fin de poder cumplir el futuro pedido de 351 entrenadores avanzados T-7A para la USAF, Boeing ha establecido una serie de alianzas estratégicas con empresas aeroespaciales de envergadura. Este es el caso de Saab, la cual es la encargada de la fabricación de diversas secciones del fuselaje trasero del Red Hawk. Para tal fin, y como parte de los requisitos del programa, la firma sueca estableció nuevas instalaciones en los Estados Unidos en la localidad de West Lafayette, Estado de Indiana; inauguradas en el año 2021 brindando empleos calificados a 300 personas.
“Lo que estamos construyendo es el sistema avanzado de formación de pilotos más moderno y con visión de futuro del mercado y estoy seguro de que este es un programa que permitirá fabricar aviones durante muchos años. Este pedido garantiza el aumento de la producción en serie para satisfacer las crecientes necesidades de los clientes actuales y futuros”, indicó Lars Tossman, director del área de negocio Aeronáutica de Saab.
Mientras tanto, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ya se encuentra sometiendo a pruebas a los primeros dos prototipos. El primero de ellos se encuentra estacionado en la Base Aérea Edwards, el cual completó un vuelo desde las instalaciones de Boeing hacia la unidad ubicada en California; mientras que el segundo prototipo esta ubicado en la Base Aérea Eglin en el Estado de la Florida.
Entre las evaluaciones a las que serán sometidos los T-7A, como parte de la campaña de Ensayos en Vuelo, se destacan pruebas ambientales a diversas temperaturas, como pruebas de flameo a fin de evaluar la seguridad de los prototipos. Las pruebas consistirán en la simulación de escenarios con temperaturas que van desde los -31°C hasta los 43°C. De esta forma, se pondrá a prueba el rendimiento de los sistemas de la aeronave, incluidos los de propulsión, hidráulicos, de combustible, eléctricos, de potencia secundaria, de control medioambiental y de funcionamiento general.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración.
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