Pese al cuasi estancamiento en los distintos frentes, las Fuerzas Terrestres rusas continúan sufriendo numerosas pérdidas de tanques y vehículos de combate. Los registros de las últimas semanas ponen en evidencia una vez más el alto costo que tienen que pagar los elementos mecanizados de ambos bandos que se encuentran desplegados en el terreno, resultándoles casi imposible evadir la acción de drones, misiles anti-tanque, artillería y campos minados.

Los combates en torno a la ciudad de Avdíivka están resultando notablemente costosos para los medios blindados rusos, pese a la lenta evolución de la infantería. Repitiendo imágenes vistas en las batallas de Vugledar o durante la contraofensiva ucraniana en Zaporiyia, los restos de decenas de tanques, vehículos de combate de infantería y blindados de todo tipo resultan una panorama usual en campo de batalla invernal.

Sin embargo, a pesar de las numerosas pérdidas, las fuerzas terrestres rusas lentamente están cercando el bastión ucraniano localizado en el óblast de Dontesk. La situación para los defensores se ha visto agravada en las últimas semanas debido la acuciante faltante de munición para la artillería, arma de vital importancia a la hora de sostener las líneas ucranianas.

Con su artillería debilitada, Ucrania está basando su defensa en dos pilares: drones y campos minados. De acuerdo con reportes de ambos bandos, los vehículos aéreos no tripulados mantienen una presencia casi constante sobre los campos de batalla, ya sea como medios de observación o para ataque. En este último rol, se dispone de drones bombarderos reutilizables y de drones FPV, los cuales son empelados como municiones merodeadoras.

Operando junto con la artillería y fuerzas terrestres, los drones no solo sirven como un elemento de alerta temprana sino que también coordinan las acciones durante el combate. También proporcionan evaluación de daños en batalla, determinando objetivos (sean vehículos o infantería) para ser hostigados o rematados. Este último caso es muy usual para tanques y vehículos de combate, a los fines de evitar que puedan ser recuperados.

Otra de las amenazas que enfrentan las formaciones blindadas rusas son los campos minados, obstáculo que se ha demostrado casi insalvable para ambas partes. En algunas de las últimas secuencias obtenidas en las inmediaciones de Avdíivka queda en evidencia como las minas anti-tanque resultan vitales para ralentizar el avance de tanques y VCI. Con solo lograr daños en un vehículo, el accionar de las minas llevan a la pérdida de la iniciativa de las fuerzas atacantes, las cuales suelen paralizarse, quedando expuestas a ataques de artillería, drones o de las mismas minas sembradas por centenares.

Pese a que no hay cifras oficiales, diversos análisis de fuentes abiertas coinciden, en base a registros audiovisuales geolocalizados, que las fuerzas terrestres rusas han sufrido considerables pérdidas en las semanas de enero, siendo Avdíivka uno de los puntos críticos. Las crudas imágenes y secuencias de tanques y VCI carbonizados así lo confirman.

Para tener una idea de las pérdidas rusas en torno a Avdíivka, registros como el realizado por Naalsio contabilizan más de 180 tanques rusos destruidos, dañados o abandonados, así como más de 300 vehículos blindados de combate. Las pérdidas totales de vehículos y piezas de artillería, desde que Rusia inició la ofensiva en octubre, supera ampliamente las 500 unidades.

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