Rusia está sosteniendo una campaña con misiles crucero y balísticos a los fines de negarle a Ucrania infraestructura clave que deberá servir para operar a los cazabombarderos F-16A/B MLU Fighting Falcon. En las últimas semanas, las fuerzas rusas han llevado adelante una serie de ataques contra algunos de los aeródromos de la Fuerza Aérea Ucraniana.
“…Los rusos se han propuesto destruir tanto nuestra aviación como nuestra infraestructura. Durante tres días seguidos, el enemigo ha estado bombardeando uno de nuestros aeródromos e intentando alcanzarlo con misiles balísticos. Y este es exactamente el planteamiento del enemigo para impedir que despleguemos aviones allí…” detalló el Jefe Adjunto de la Inteligencia de Defensa de Ucrania, General de División Vadym Skibitskyi, durante una entrevista a Interfax.
Conforme a lo expresado por el General Skibitskyi, Rusia intentará por todo los medios negar la llegada de nuevos sistemas occidentales, los cuales han demostrado su superioridad por “…la precisión, la eficacia y otros parámetros. Lo hemos visto en los sistemas de defensa antiaérea, en la munición, especialmente en las armas de alta precisión, en los vehículos blindados de transporte de tropas. Y es visible en el campo de batalla…”.
La llegada de los F-16 Fighting Falcon a Ucrania se aguarda con gran expectativa, ya que los cazas provenientes de Dinamarca, Noruega y Países Bajos no solo permitirán incrementar la cantidad de aeronaves de la castigada Fuerza Aérea Ucraniana, sino que su incorporación vendrá de la mano de nuevas capacidades. Esto último relacionado al armamento aire-aire y aire-superficie, los cuales darán un nuevo abanico de soluciones para la defensa y ataque.
Skibitskyi también se refirió a la capacidad rusa de sostener su producción de misiles crucero y balísticos, principales medios a la hora a atacar infraestructura crítica en la profundidad del territorio ucraniano, junto con los drones Shahed / Geran.
“…Los rusos tenían y siguen teniendo intenciones de aumentar la producción. En febrero estaba previsto producir 130 misiles (Iskander, Kalibr, X-101, X-32, Kinzhal). Hay que decir que el enemigo tiene planes de producción y los rusos intentan cumplirlos, aunque haya restricciones en los componentes debido a la imposición de sanciones…” explicó el Jefe Adjunto de la inteligencia ucraniana.
Según el General Skibitskyi, Rusia estableció un centro para sustituir componentes extranjeros, especialmente electrónicos, por otros de fabricación rusa. Sin embargo, el cambio de partes estaría teniendo una incidencia en el material ya que “…vemos que los misiles ya no cumplen las características declaradas. Es decir, la calidad está empeorando mucho…”.
El oficial ucraniano señaló que Rusia también ha modificado algunas de sus tácticas, ya que ha reducido el uso de misiles crucero X-101 y Kalibr, los cuales han perdido su eficacia ante el complejo sistema de defensa antiaérea que se logró establecer sobre algunos puntos de Ucrania.
“…El enemigo comprende que es difícil derribar misiles balísticos, y para ello se necesitan armas occidentales de alta tecnología, como Patriot, y nosotros dependemos de los suministros de nuestros socios…” añadió Skibitskyi, dejando en claro la evolución de los ataques y como las defensas se sostienen por el apoyo de sus aliados occidentales.
Con el entrenamiento de pilotos ucranianos avanzando en Dinamarca y EE.UU., autoridades que integran la iniciativa han adelantado que los F-16A/B MLU Fighting Falcon destinados a la Fuerza Aérea Ucraniana podrían alcanzas la capacidad operativa inicial a partir de junio, con la expectativa que los cazabombarderos comiencen a operar en Ucrania antes de fin de año.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: Forsvaret
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