Tras el conflicto desatado en octubre pasado en Israel, y el sucesivo avance contra el grupo terrorista HAMS por parte de las FDI, una coalición internacionales de fuerzas navales conformada por Estados Unidos y aliados, mejor conocida como Guardianes de las Prosperidad, se desplegó en las agua del Mar Rojo para brindar seguridad a las rutas comerciales por donde pasan cientos de buques diariamente. Pero este despliegue se desencadenó luego de que una serie de barcos comerciales fueran atacados por drones y misiles de diverso tipo, que en su totalidad y hasta la fecha han sido lanzados por las Fuerzas Hutíes en Yemen.
Estos hechos encendieron la alarma de diversos países occidentales y asiáticos, que enviaron diversos medios tanto aéreos cómo navales, porqué poseen un interés en esta zona o por apoyo al conflicto que se había desatado en Israel. Asimismo, el grupo rebelde hutíe, también había amenazó a los buques que navegaran por las aguas del Mar Rojo si no se solucionaba la cuestión de ayuda humanitaria en Gaza.
Desde que comenzó el conflicto en Gaza, Estados Unidos, Israel y los aliados han derribado drones y misiles hutíes casi diariamente, algunos que no lograron ser derribados tuvieron como consecuencia el hundimiento de buques cargueros o comerciantes, daños menores, y hasta la perdida de vidas humanas.
En esa misma línea, por decisión de Estados Unidos, F/A-18 Super Hornet lanzados desde portaviones desplegados, entre otros medios aéreos afectados en los buques militares de la US Navy, comenzaron a atacar las bases desde donde se cree que han sido lanzados los drones y/o misiles en Yemen.
El arsenal de los hutíes incluye una gran variedad de armamento, exhibido en septiembre en un desfile militar en Saná, la capital de Yemen. En la exhibición se mostraron misiles de fabricación iraní, entre ellos el misil Toofan, con un alcance capaz de alcanzar territorio israelí, según el Centro de Información sobre Inteligencia y Terrorismo Meir Amit. Además, se exhibieron nuevos misiles tierra-mar como el Tankil y el Quds Z-0, lo que indica un avance en el arsenal de los hutíes. A pesar de afirmar que fabrican sus propias armas, se cree que los hutíes reciben apoyo de Irán, que niega haber suministrado armas, pero ha manifestado su apoyo al grupo.
Si bien no se han publicado detalles de qué drones han sido utilizados en varios de los ataques perpetrados por los hutíes, algunos informes disponibles han dado con la identificación de algunos de ellos. Por ejemplo, el USS Carney de la Armada de EE. UU. interceptó un dron KAS-04 de producción iraní, conocido como dron Samad, lanzado desde zonas de Yemen controladas por los hutie.
Por otro lado, según un informe del Oil Companies International Marine Forum (OCIMF), el Shahed-136, un tipo de “munición de merodeo”, se utiliza habitualmente contra buques mercantes en Oriente Próximo. Este dron, empleado por los hutíes desde 2020, puede dispararse desde contenedores montados en camiones y cuenta con un sistema de navegación y un receptor de satélite para realizar ajustes de navegación en tiempo real.
Pero, por otro lado, estos ataques marcaron un precedente en la historia del portaaviones USS Dwight D Eisenhower (CVN 69) de la Armada de Estados Unidos. En las últimas semanas, diversas entrevistas a oficiales de la flota de Estados Unidos en el Mar Rojo, señalaron que la magnitud de las salidas y la actividad en el portaaviones nunca se habían visto antes, y lo asemejan a a niveles cercanos a los vistos en la Segunda Guerra Mundial.
Con ello, también se registraron las primeras kill marks de drones hutíes en algunos de los cazabombarderos embarcados F-18E/F Super Hornet embarcados en el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower, y a su vez otras marcas asociadas a los ataques terrestres. Estos forman parte del paraguas defensivo de la Armada de EE. UU. para hacer frente a la amenazas provenientes de Yemen y garantizar la seguridad de los buques mercantes que navegan por las aguas del Mar Rojo.
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