Durante el transcurso del día 4 de abril, la Fuerza Aérea de los EE.UU. ha informado el retorno al servicio de uno de sus bombarderos B-1B Lancer destinado en la Base Aérea de Tinker, hogar de la Flota de Bombarderos Estratégicos de la Fuerza Aérea. Anteriormente, el bombardero formaba parte de las aeronaves almacenadas en el desierto, como parte del 309.º Grupo de Regeneración y Mantenimiento Aeroespacial ( AMARG ) en la Base de la Fuerza Aérea Davis-Monthan, localizado en el estado de Arizona.

La decisión de recuperar este ejemplar, bautizado Lancelot, se tomó luego de que un incendio afectara considerablemente a uno de los B-1B Lancer perteneciente a la base de Dyess, en Texas, durante el año 2022. Fue la oficina de Planes y Programas Estratégicos del Cuartel General de la Fuerza Aérea la que impulsó, junto a los ingenieros de la base de Tinker, la modernización y puesta a punto de bombardero alojado en el AMARG 

Tras finalizar el traslado en vuelo del B-1B Lancer “Lancelot” desde Davis-Monthan hasta Tinker, el Teniente Coronel Michael Griffin, a cargo del 10° Escuadrón de Pruebas de Vuelo, expresó que “…sacar al Lancer del 309 AMARG y someterlo a un programa de mantenimiento a nivel de depósito en Tinker, restaurará el avión a las unidades operativas, permitiéndoles continuar apoyando el llamado de la nación para la proyección de poder (…) Siento que este proyecto es importante para seguir demostrando la confiabilidad del B-1 y su uso para el poder aéreo y la superioridad aérea…”.

El proyecto conocido como B-1 Embracing Agile Scheduling Team (BEAST), impulsado desde la Base Aérea de Tinker, no se limita a la recuperación del Lancer. Se han realizado diversos avances tales como la integración del sistema Link16 para mejorar su interfaz de datalink, un nuevo sistema de propulsión, mejoras en el sistema de comunicaciones y de identificación de otras aeronaves, como así también, en sus sistemas de autodefensa. 

Cabe recordar que el bombardero B-1B Lancer entró en servicio en la década del 80’, y fue diseñado como una evolución del modelo B-1A, diseñado en la década del 70’. Cada avión requiere de una tripulación de 4 personas para operar, y cuenta con 3 bodegas de carga de armamento adaptadas para llevar sistemas de armas nucleares además del armamento convencional, lo que le permite ser una parte clave de la tríada de bombarderos de la Fuerza Aérea de EE.UU. Otra de sus particularidades es que el Lancer es el único modelo en servicio en contar con la configuración de geometría variable.

El B-1B Lancer cuenta con un amplio historial de servicio que comienza en la Operación Zorro del Desierto en Irak, iniciada en el año 1998. También ha participado de la Operación Fuerza Aliada en Serbia el año posterior y también ha brindado apoyo en las acciones militares estadounidenses en Afganistán, Iraq y en su larga lucha contra organizaciones terroristas.

Pese a que la Fuerza Aérea de EE.UU. ya ha enviado al AMARG a varios ejemplares del B-1B Lancer, se espera que el reemplazo del bombardero se materialice con la llegada del B-21 Raider, modelo que recién inició la campaña de ensayos en vuelo con su primer prototipo.

Imagen de portada: USAF – Paul Shirk

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