Cómo parte de un nuevo programa del gobierno de Australia para reforzar las capacidades de combate de la Real Armada Australiana, que implica el desarrollo y construcción de nuevas fragatas multipropósito, el medio nipón The Yomiuri Shimbun ha develado que el gobierno de Japón estaría considerando y analizando a las nuevas fragatas furtivas Mogami de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa como la base de su propuesta.
El proyecto australiano presentado en febrero hace hincapié en la intención del país de adquirir nuevas fragatas multipropósito, teniendo en cuenta el entorno de creciente inestabilidad en el Indo-Pacífico. Diversos reportes mencionan a propuestas basadas en los buques MEKO A-200 de Alemania, a la clase Mogami construida por Mitsubishi Heavy Industries, a la clase Daegu surcoreana y al diseño español ALFA 3000 de Navantia, como candidatos para la próxima fragata de uso general de la Real Armada de Australia.
El gobierno australiano “ha ordenado que estos buques se adquieran rápidamente con un socio internacional de construcción naval establecido a través de una estrategia híbrida de construcción en alta mar y luego en tierra, con transición al astillero consolidado de Henderson en Australia Occidental”, explica el informe.
La información disponible sugiere que Australia tiene previsto adquirir once nuevas fragatas de uso general para complementar su flota de buques de superficie. También se menciona que estas buscan sustituir a las ocho fragatas de misiles de la clase Anzac encargadas en la década de 1990 y principios de la de 2000, en servicio desde 1996.
De tal manera, Japón estaría analizando la opción de presentar una versión renovada de las Mogami que emplea la Fuerza Marítima de Autodefensa para su potencial exportación a Australia si es seleccionado como socio para el desarrollo conjunto de estos nuevos buques. Hasta el momento la información que circula es que el Ministerio de Defensa de Australia ha iniciado conversaciones informales con empresas cómo Mitsubishi Heavy Industries. La intención de Japón es utilizar las fragatas de la clase Mogami como base para desarrollar los buques para luego agregar las instalaciones de apoyo y capacidades industriales que requiera el gobierno australiano.
Cabe resaltar que la exportación de equipos militares y/o de defensa a países socios en proyectos internacionales de desarrollo conjunto está permitida por las Directrices de Aplicación de los Tres Principios sobre Transferencia de Equipos y Tecnología de Defensa de Japón, además de las cinco áreas siguientes: rescate, transporte, alerta, vigilancia y dragaminas. No obstante, en cuanto a la exportación a terceros países no socios, el gobierno japonés solo permite aviones caza de nueva generación, cómo los desarrollados con Reino Unido e Italia.
Por otro lado, analistas sugieren que teniendo en cuenta el avance y el incremento de las actividades por parte de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) en los mares de China Oriental y Meridional, un desarrollo conjunto de estas características podría mejorar las operaciones conjuntas y actuaría cómo un elemento disuasorio frente al gigante asiático.
La clase “Mogami” está integrada por una serie de fragatas de última generación fabricadas para la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, destacándose especialmente por su aplicar tecnología furtiva e introducir un sistema de control integrado que utiliza nuevas tecnologías inteligentes y sistematizadas. Esto le permite ser operada por aproximadamente la mitad de la tripulación de una fragata convencional de pasadas generaciones.
Poseen un desplazamiento de unas 5.500 toneladas, con una eslora de 132,5 metros, una manga de 16,3 metros, y una velocidad máxima que supera los 30 nudos. En lo referido a su armamento principal cuentan con un cañón 127mm MK-45, complementado con la capacidad de lanzamiento de misiles antisuperficie Tipo 17; contando con lanzadores de misiles verticales MK-41 que empleando misiles Tipo 03, sumado a un sistema SeaRam.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración.
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