En el trascurso de esta semana, la empresa estadounidense Northrop Grumman se ha unido al acuerdo de cooperación para el desarrollo de sistemas de defensa contra misiles hipersónicos firmado por los EE.UU. y Japón, teniendo como foco los crecientes avances en la materia que vienen realizando China y Rusia.
En esa línea Mike Pinkston, vicepresidente de vehículos de lanzamiento de Northrop Grumman, afirmó: “Estamos combinando la fuerza técnica de nuestros dos países para desarrollar una solución contrahipersónica eficaz (…) Estamos comprometidos a invertir en tecnología que brinde las capacidades que nuestros clientes necesitan ahora para responder a las crecientes amenazas”.
Respecto del acuerdo en cuestión, se trata de un derivado del Memorando de Entendimiento bilateral entre Estados Unidos y Japón rubricado en el año 2023, en el cuál el Ministerio de Defensa de Japón y la Agencia de Defensa de Misiles de EE. UU. decidieron trabajar en conjunto para producir un sistema interceptor. El programa del desarrollo es conocido como Glide Phase Interceptor (GPI), que en el caso del trabajo que se realiza para la Armada de los EE.UU. ya tenía como participante a Northrop Grumman trabajando en conjunto con Raytheon, bajo lo que es un contrato que supera los 100 millones de dólares en fase inicial.
Como se ha mencionado, estos trabajos se llevan a cabo con la mira puesta en las capacidades misilisticas hipersónicas que presentan tanto China como Rusia en un momento geopolítico de suma tensión. Es de público conocimiento que lo que caracteriza a este tipo de armamento es la capacidad de viajar a velocidades Mach 5 a baja altura con trayectorias irregulares, todo con el fin de imposibilitar su intercepción, lo cuál vuelve a esta capacidad una ventaja sumamente importante para el campo de batalla; como así también vuelve menester el desarrollo de contramedidas eficaces.
Cada una de las dos potencias recién mencionadas ya posee en principio un abánico importante de este tipo de misiles. En el caso chino, el gran protagonista es el misil conocido como Donfeng-17 (DF-17), un misil de mediano alcance que utiliza combustible sólido para su propulsión y que integra un vehículo de planeo hipersónico (HGV) en lugar de la típica ojiva utilizada en misiles balísticos. Mientras tanto, Rusia presenta capacidades similares con su misiles Kinzhal, Avangard y Zircon, en el primero de los casos con probado uso en el campo de batalla en Ucrania.
Esta cuestión despierta muchas alertas en los sistemas de defensa de los EE.UU. y Japón, ambos formando parte del escenario que se desarrolla en Asia con fuertes tensiones en torno a Taiwán. El desarrollo de capacidades de defensa para contrarrestar este armamento hipersonico resultaría indispensable en un potencial conflicto con China, que en este mismo momento lleva a cabo ejercicios militares a gran escala alrededor de la isla que reclama como propia. En menor medida, EE.UU. se ve involucrado en la disputa que China mantiene con Filipinas por aguas territoriales en disputa, que si bien mantiene lejana la perspectiva de guerra, no hace mas que contribuir a la volatilidad de la región.
*Imágenes utilizadas a modo ilustrativo
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