El Departamento de Defensa de EE.UU. ha anunciado esta semana que continuará con el desarrollo del misil balístico intercontinental Sentinel, pese a lo que fue una infracción crítica de la ley Nunn-McCurdy, reportada en el mes de enero de este año. Esto se dió en tanto el programa Sentinel presentó costos unitarios de adquisición superiores al 25% de variación respecto del presupuesto de adquisición estipulado por ley, requiriéndose una investigación, decisión y posterior fundamentación frente al Congreso de EE.UU. por parte del Subsecretario de Defensa para Adquisiciones y Mantenimiento para que pueda seguir adelante.
Según recoge la publiación oficial del Departamento de Defensa, el subsecretario William A. LaPlante lideró una investigación que derivó en que ayer, 8 de julio, se decidiera retomar el programa en tanto existían los argumentos legales para hacerlo. Entre los argumentos esgrimidos por el Dr. LaPlante, se ha considerado que el programa Sentinel es vital para la seguridad nacional de EE.UU, que no existen otras alternativas para las capacidades que este debería brindar y que los nuevos costos siguen siendo razonables en tanto otros programas de menor relevancia reduzcan sus preupuestos.
Sin embargo, esto no implica que el proyecto siga su curso como hasta ahora, sino que se ha rescindido la aprobación del llamado “Milestone B” de programa Sentinel; su entrada a la fase de desarrollo de ingeniería y fabricación. En ese sentido, la Fuerza Aérea de EE.UU. deberá presentar un nuevo plan que garantice la continuidad del proyecto, solventando todos los problemas que hayan derivado en el aumento considerable de costos. A pesar de la intención de mantener los plazos originales del programa, estos retrasos van a implicar demoras de varios años para la culminación del programa, afectando los planes de modernización de la Tríada Nuclear emprendidos en 2022.
En términos de números, el Director de Evaluación de Costos y Programas (CAPE) afirmó que el programa Sentinel con sus respectivas modificaciones podría aumentar hasta en un 81% sus costos respecto del momento de la aprobación del “Milestone B”. En otras palabras, esto implica un aumento de costos cercano a los 141 mil millones de dólares, respecto de lo que se planeó en septiembre del 2020. Las causas que parecen explicar el citado aumento de costos se hallan principalmente en la necesaria conversión de instalaciones que alojarían y desplegarían los futuros misiles Sentinel; que a día de hoy están equipadas con los misiles Minuteman III.
Recogiendo declaraciones del subsecretario LaPlante al respecto: “Somos plenamente conscientes de los costos, pero también somos conscientes de los riesgos que supone no modernizar nuestras fuerzas nucleares y no abordar las amenazas muy reales que enfrentamos (…) La tríada nuclear es la base de nuestra defensa nacional y, a medida que nuestros competidores modernizan sus propias fuerzas nucleares, la urgencia de controlar la amenaza se refleja en nuestra Revisión de la Postura Nuclear.“
Por su parte la subsecretaria de la Fuerza Aérea, Melissa Dalton, trajo a colación la relevancia de sostener el programa para evitar lagunas en las capacidades nucleares de EE.UU. mientras se da el cambio de misiles balísticos utilizados: “El componente terrestre de la Tríada Nuclear es un componente esencial de nuestra iniciativa nuclear, que sustenta nuestra seguridad nacional (…) a Fuerza Aérea está comprometida con la reestructuración del programa Sentinel para abordar las conclusiones de esta revisión y modernizar nuestra fuerza de misiles balísticos intercontinentales para garantizar su eficacia contra amenazas futuras, al tiempo que se garantiza que no haya lagunas de capacidad durante la transición del Minuteman III al Sentinel.”
*Imágenes utilizadas a modo ilustrativo
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