Tras múltiples consideraciones, la Armada de Estados Unidos desplegará aeronaves de transporte CMV-22B Osprey y cazas furtivos F-35C en la Base de Iwakuni, ubicada en la prefectura de Yamaguchi, al oeste de Japón. Estas es la primera oportunidad donde los Osprey de la marina estadounidense operarán desde bases ubicadas en el archipiélago japonés. Hasta entonces se venia registrando el empleo de los MV-22B del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC), los cuales han recuperado una operatividad limitada desde un fatal accidente registrado el año pasado.

Según la información difundida, los CMV-22B Ospreys reemplazarán a los aviones de transporte C-2A Greyhound actualmente estacionados en la base de Iwakuni, cómo así también se estarán desplegando F-35C Lightning II del VFA 147 que sustituirán a los F/A-18 Hornets del VFA 115. Las unidades desplegadas pertenecen al Escuadrón de Cazas de Ataque (VFA) 147 y el Escuadrón de Logística de Flota Multimisión (VRM) 30, Destacamento de Fuerzas Navales de Despliegue Avanzado (FDNF). 

Es preciso resaltar que estas unidades, que se han visto afectadas por las suspensión de sus operaciones tras un accidente en 2023 en Japón, entre otros, han sido desplegadas en el país asiático pero por el Cuerpo de Marines en la estación naval japonesa de Futenma, mientras que aquellos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la base de Yokota, en Tokio. 

Aunque la noticia de la suspensión de las actividades de las aeronaves había causado una interrupción significativa, Japón había manifestado su intención de seguir utilizándose. Tanto es así que en marzo de este año, Japón reanudó los vuelos sembrando dudas y preocupaciones por la seguridad de las aeronaves y sus tripulaciones. 

Por otro lado, está decisión es parte del enfoque de Estados Unidos en donde ha evaluado que la creciente urgencia e importancia del Indo-Pacífico en los últimos años está impulsando el despliegue y uso de los recursos más avanzados de la Armada y el Cuerpo de Marines en la región, en respuesta a un entorno de seguridad que demanda esta presencia.

La variante V-22 de la Armada incluye mayor alcance operativo, carga y descarga de carga más rápida, capacidad de reabastecimiento aéreo, mayor capacidad de supervivencia y comunicaciones mejoradas más allá de la línea de visión en comparación con el C-2A heredado. 

Los expertos explican que esta  aeronave aporta agilidad, flexibilidad y sostenibilidad para operar eficazmente nuestras fuerzas navales de vanguardia en una lucha de alto nivel. El CMV-22B representa la próxima generación de la misión de Entrega a Bordo del Portaaviones (COD) y es el habilitador crítico para asegurar la movilidad desplegada sostenida para el grupo de ataque del portaaviones.

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