Por primera vez desde 2021, el Departamento de Estado ha desclasificado el número del inventario de armas nucleares de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, actualizando de esta manera los últimas cifras reveladas años atrás en el esfuerzo de aumentar la transparencia para la no proliferación y desarme de esta clase de armamento de destrucción masiva. La información más reciente fue publicada recientemente por la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA), que supervisa el estado e inventario de estas armas en posesión de los Estados Unidos.
La cifra más destacada es el total general de ojivas nucleares en el inventario de Estados Unidos, el cual alcanza las 3.748 a septiembre de 2023. Según lo define la NNSA, el inventario incluye tanto ojivas estratégicas y no estratégicas (tácticas) activas como inactivas. Mientras que las ojivas activas son aquellas consideradas operativas y listas para su uso, junto a sus repuestos logísticos y capacidades, las inactivas se almacenan en depósitos en un estado no operativo. No se incluyen en el inventario las ojivas retiradas, que se consideran no funcionales, y las ojivas desmanteladas, que ya han sido descompuestas en sus partes componentes.
Al observar los números del inventario con más detalle, la NNSA compara las 3.748 ojivas listadas a partir de septiembre pasado con el nivel máximo de 31.255 ojivas alcanzado en el año 1967, en uno de los puntos más críticos de la Guerra Fría. La cifra más reciente representa una reducción del 88% desde 1967 y una disminución del 83% desde 1989. Este logro se ha conseguido a través del desmantelamiento de armas nucleares no estratégicas, es decir, tácticas, cuyo número se ha reducido en más del 90 por ciento desde 1991.
En general, los números proporcionan una indicación útil de cómo el tamaño del inventario se ha mantenido relativamente estable durante los últimos siete años. Dentro de ese marco de tiempo, los cambios en el total no han sido impulsados por cambios en las políticas, sino por los movimientos normales de ojivas dentro y fuera del inventario debido a trabajos de mantenimiento y esfuerzos de extensión de vida.
El informe también revela que el año pasado, Estados Unidos desmanteló solo 69 ojivas nucleares retiradas, el número más bajo desde 1994. Debido a que la tasa de desmantelamiento ha disminuido, la cifra mencionada de ojivas retiradas en espera de desmantelamiento, aproximadamente 2,000, es tan alta, al menos en comparación con años anteriores.
Por último, las preocupaciones más amplias sobre el futuro de los acuerdos de control de armas nucleares han estado creciendo en los últimos años. El Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) entre Estados Unidos y Rusia, que a pesar de su nombre cubría misiles nucleares y convencionales de varios tipos, colapsó en 2019 y el Kremlin suspendió su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) con Washington el año pasado. En 2023, el gobierno ruso también rescindió su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares, pero ha insistido en que no reiniciará las pruebas de armas nucleares en vivo a menos que Estados Unidos lo haga primero.
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