El 24 de julio, el Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (NORAD) dio a conocer un hecho inédito hasta la fecha. Era la primera vez que bombarderos estratégicos H-6 de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China, operando en combinación con aviones de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas, eran detectados volando dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) de Alaska. Tal y como muestran las fotografías y videos viralizados posteriores al hecho, en parte gracias al Ministerio de Defensa Ruso, esto provocó una inmediata respuesta cuando la formación de cuatro bombarderos fue interceptada por aviones caza F-16, F/-18 Hornet y F-35A de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos y Canadá.
Producido e informado el hecho oficialmente por las partes involucradas, diversos especialistas y analistas han destacado la participación de China en este episodio. Si bien no es la primera patrulla combinada entre medios aéreos y navales realizada por las Fuerzas Armadas chinas y rusas, sí es la primera vez que los bombarderos H-6 son desplegados en la ADIZ de Alaska, hecho que hasta el momento había contado solo con episodios protagonizados por aviones de combate rusos, estadounidenses y canadienses en la región.
En el pasado, patrullas combinadas entre medios rusos y chinos habían tenido lugar en el Mar del Este de China, empleando formaciones también conformadas por bombarderos H-6 y Tu-95MS, escoltadas por cazas Su-35S y Su-30SM. Hasta el momento, estas patrullas se habían limitado a vuelos de exploración y patrulla en el Pacífico Occidental. Sin embargo, la presencia de estas aeronaves en la ADIZ de Alaska demuestra una nueva postura de China respecto a la creciente importancia del Ártico en las próximas décadas.
Una de las incógnitas surgidas a partir del episodio del 24 de julio gira en torno al tipo de bombardero H-6 empleado por la Fuerza Aérea de China; mientras que la otra es si, efectivamente, partieron desde bases ubicadas en Rusia continental. Esto demostraría el cada vez mayor grado de cooperación entre ambos países en materia militar y, presumiblemente, el incremento del grado de interoperabilidad y respuesta combinada frente a adversarios regionales como los Estados Unidos.
En cuanto a la primera incógnita, los bombarderos estratégicos Xian H-6 están viviendo una segunda vida al servicio de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación como plataformas de lanzamiento de misiles de crucero y, presumiblemente, de nuevos misiles hipersónicos desarrollados por China. Por ejemplo, estas capacidades son esgrimidas por la variante H-6K, la cual, en semanas recientes, fue observada portando lo que parecía ser un proyectil de esta clase, más precisamente el denominado 2PZD-21 (KD-21) ALBM.
Respecto a la segunda incógnita, si se confirma que los bombarderos chinos operaron desde bases en Rusia, esto abriría un nuevo rango de posibilidades para la aviación de combate de alcance estratégico de la República Popular China, demostrando su creciente interés en una región vital para las próximas décadas. Desplegar plataformas que, operando desde la ADIZ de Alaska, podrían atacar con armamentos hipersónicos objetivos en territorio insular y continental de los Estados Unidos.
Estas cuestiones han sido señaladas previamente por mandos del Comando Norte de los Estados Unidos y del NORAD al Congreso estadounidense. Uno de los llamados de atención más recientes fue realizado por el general de la USAF Gregory Guillot, quien expresó durante el pasado mes de febrero: “Afortunadamente, todavía no hemos visto aviones chinos operando cerca de nuestras zonas de identificación de defensa aérea, pero creo que eso llegará este año“. Añadió: “Eso muestra una preocupación general que tengo sobre la creciente capacidad de China no solo con aviones, sino también con barcos e incluso submarinos que pueden llegar más lejos de China y más cerca de nuestras costas”. Estas declaraciones fueron una clara referencia a la presencia de buques chinos y rusos detectados operando el año pasado en las islas Aleutianas, lo cual provocó el despliegue de medios y personal de la Armada y Guardia Costera de los Estados Unidos para seguir los movimientos de la flotilla combinada.
Independientemente del episodio registrado en la ADIZ de Alaska, la disputa global entre los Estados Unidos y China, que monopoliza cada vez más la agenda de las principales preocupaciones a nivel global, suma nuevos escenarios y regiones. De cara a las próximas décadas, el Ártico, afectado por el cambio climático y la apertura de vías navegables antes anegadas por meses, puede convertirse en un nuevo punto de choque entre las dos potencias que se disputan la hegemonía a nivel mundial.
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