A finales del pasado mes de julio, los cazas F/A-18 Hornet de la Fuerza Aérea de Finlandia completaron su primer despliegue en el extranjero desde que el país ingresara de forma oficial a la OTAN. Este tuvo como marco la realización de operaciones de Policía Aérea en Rumania, buscan fortalecer la presencia y apoyo a aliados claves en Europa Oriental y la región del Mar Negro.

Arribados a principios del mes de junio a Rumania, el destacamento conformado por siete cazas Hornet finlandeses y 250 efectivos de apoyo operaron desde entonces desde la Base Aérea Mihail Kogălniceanu. Entre las misiones principales que llevaron a cabo se encontraron la realización de tareas de Policía Aérea dispuesto en posiciones de respuesta rápida.

La participación de los cazas de la Fuerza Aérea de Finlandia fue una buena primera muestra de contacto para determinar la integración de la fuerza a la estructura de comando y control de OTAN, como la posibilidad de operar con otros aliados desplegados también en la región, como fue el caso de los Eurofighter Typhoon de la Real Fuerza Aérea (RAF) del Reino Unido.

Si bien el principal motivo de la presencia de los aviones de combate de Finlandia a Rumania fue el señalado previamente, este no impidió la realización de otras actividades de carácter combinado. En este aspecto destacó la realización del Ejercicio Ramstein Legacy 24 celebrado en varias bases aéreas de Rumania y Hungría, donde fueron escoltados bombarderos estratégicos B-52H de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF).

En las propias palabras de efectivos de la Fuerza Aérea de Finlandia, estos indicaron que: “La operación fue interesante y gratificante. Nos llevaremos a casa muchas lecciones aprendidas sobre la participación en una misión de la OTAN y sobre cómo operar en un nuevo entorno”, expresó el Mayor Toni Vanhatalo, Comandante de la tercera rotación del destacamento de la Fuerza Aérea Finlandesa.

Añadiendo: “Estar bajo la dirección de la estructura de mando de la OTAN requirió algunos cambios menores en la planificación de las operaciones de vuelo, pero nos adaptamos bien y también aprendimos algunas lecciones para desarrollar nuestras operaciones en casa. La cooperación con los Aliados fue fluida y la actividad de entrenamiento continua mejoró nuestras capacidades”.

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