Dmytro Pletenchuk, portavoz de la Armada Ucraniana, insinuó que en los recientes ataques contra un almacén de armas y material militar cerca de la ciudad rusa de Kursk habría sido realizado con una nueva variante del misil Neptune. Pese a las consultas realizadas, Pletenchuk no revelaría mayores detalles por cuestiones de seguridad operacional.

En una entrevista de Radio Svoboda, el portavoz indicó que “…Sólo podemos confirmar la participación de las Fuerzas Navales sin revelar los detalles. Los casos que ocurrieron anteriormente, tanto en Yeisk como en el puerto de “Kavkaz”, insinúan que las capacidades de nuestras armas, que están en servicio con las unidades de la Armada, indican un radio de acción bastante grande de posible uso… Sólo puedo señalar que hemos tenido casos de aplicaciones muy exitosas, incluidos aquellos en los que se utilizaron los mismos sistemas que debían detener estos misiles, como el S-400…”. 

El mencionado ataque, donde los misiles Neptune de la Armada Ucraniana habrían tenido participación, forma parte de la campaña que las Fuerzas Armadas de Ucrania están llevando adelante para hostigar y degradar las defensas e infraestructura de las Fuerzas rusas, tanto en su propio territorio como en aquel que se encuentra actualmente ocupado, caso la península de Crimea.

Ante las restricciones impuestas por occidente para utilizar su armamento contra objetivos militares en territorio ruso, Ucrania está ante el desafío de desarrollar sus propios sistemas de ataque de largo alcance. En cierta medida, las decenas de drones en servicio han permitido a las Fuerzas Armadas ucranianas realizar desde hace meses centenares de ataques contra objetivos críticos, como refinerías, centrales eléctricas y bases aérea. Sin embargo, contar con misiles propios para atacar la profundidad del territorio ruso sería un notable paso.

Según Pletenchuk, los recientes ataques fueron cuidadosamente planeados, siendo una sorpresa para las fuerzas rusas. “…Por supuesto, todos estos golpes son inesperados en cualquier caso. Ellos, como nosotros, se preparan constantemente para el posible uso de varios sistemas de armas del otro lado. La cuestión es hasta qué punto esta respuesta es profesional, exitosa y con qué equipo…”, añadió el portavoz-

El R-360 Neptune es un misil crucero anti-buque de lanzamiento terrestre cuyo diseño se basó en el Kh-35U ruso. La variante de defensa de costa consta de un vehículo lanzador Tatra T-815/7 8×8, el cual monta de dos a cuatro tubos lanzadores. Asociado a un sistema de guía Mineral-U, el Neptune es capaz de batir blancos navales a una distancia entre los 250 a 300 kilómetros, contando con un sistema de navegación inercial con radar activo (el cual se activa en la fase terminal). Tiene un peso de 870 kilogramos, de los cuales 150kg corresponden a su ojiva de alto explosivo.

El sistema Neptune pasó a la fama ya que habría sido el responsable de hundir al crucero Moskvá de la Armada Rusa, buque insignia de la Flota del Mar Negro. Pese a que la versión rusa afirma que el Moskvá se fue a pique tras generarse incendios a bordo, la versión ucraniana indica que el ataque se realizó con los mencionados misiles de fabricación local.

Imagen de portada ilustrativa. Créditos: Ministerio de Defensa de Ucrania

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