Mientras los indicios de un ataque iraní a gran escala contra Israel se vuelven cada vez más evidentes, en una reciente conferencia de prensa, el Pentágono confirmó que Estados Unidos continúa fortaleciendo la presencia de fuerzas militares en la región del Medio Oriente. Además del Grupo de Ataque del portaaviones USS Abraham Lincoln, que se dirige a la zona de operaciones, y el reciente arribo de cazas furtivos F-22 Raptor de la USAF, la Armada de Estados Unidos ha desplegado también al submarino de misiles de crucero de la clase Ohio USS Georgia (SSGN-729).
El ataque realizado por Israel en Teherán, en el cual se eliminó al jefe de la organización terrorista HAMAS, Ismail Haniyeh, ha provocado que el régimen iraní se esté preparando para una respuesta a gran escala, que podría no estar limitada al empleo de drones y misiles balísticos como en ocasiones anteriores. La situación, evaluada por diversos especialistas y analistas, es compartida por las Fuerzas de Defensa de Israel, que también se están preparando para un ataque a gran escala.
Con la situación deteriorándose cada hora, el gobierno de Estados Unidos ha estado fortaleciendo su presencia militar en el Medio Oriente en los últimos días. A los activos de las fuerzas estadounidenses en la región se han sumado cazas furtivos F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de EE.UU., mientras que se espera el próximo arribo del Grupo de Ataque del portaaviones USS Abraham Lincoln, conformado por sus cazas embarcados y destructores de escolta, los cuales recibieron en horas recientes la orden de acelerar su tránsito hacia la zona de operaciones.
En el marco de esta orden, el Pentágono también confirmó el despliegue en la región del submarino de misiles de crucero USS Georgia (SSGN-729), perteneciente a la clase Ohio, con el fin de incrementar las capacidades de disuasión contra el régimen iraní y sus organizaciones terroristas operativas, así como contra grupos aliados como los Hutíes en Yemen.
A través del Jefe de Prensa del Pentágono, el Brigadier General Pat Ryder, en una conferencia de prensa, se reconoció el deterioro en la situación de seguridad en el Medio Oriente, lo que ha requerido un reajuste en la presencia y despliegue de fuerzas.
“Estos ajustes en la postura militar estadounidense están diseñados para mejorar la protección de las fuerzas estadounidenses, aumentar el apoyo a la defensa de Israel y garantizar que Estados Unidos esté preparado para responder a diversas contingencias“, recalcó Ryder. Añadió: “Reconocemos las tensiones en la región. Estamos haciendo todo lo posible para disuadir la agresión, prevenir el conflicto y evitar que esto se convierta en una guerra más amplia, al mismo tiempo que garantizamos que tenemos las capacidades en la región para proteger a nuestras propias fuerzas y también defender a Israel, en caso de que sea atacado“.
Por su parte, el USS Georgia (SSGN-729) es originalmente un submarino de misiles balísticos de propulsión nuclear de la clase Ohio. A mediados de la década de 2000, la unidad fue sometida a trabajos de conversión y modificaciones para transformarlo en una plataforma de lanzamiento de misiles de crucero Tomahawk, con capacidades avanzadas de ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento) y la capacidad de albergar hasta 66 efectivos de las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF).
Además, las instalaciones relacionadas con el control de los SLBM (misiles balísticos lanzados desde submarinos) fueron reconfiguradas para incluir una Sala Común de Radio Submarina (CSRR), y se instalaron dos antenas de alta velocidad de datos, lo que amplió significativamente las capacidades de comunicación del submarino. Estos cambios permiten que cada uno de los cuatro buques pueda actuar como un Centro de Mando Conjunto de Combate Avanzado para las Fuerzas Especiales embarcadas
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