En aguas del Golfo de México, la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) ha realizado en julio una demostración de su nueva bomba QUICKSINK lanzada desde un bombardero furtivo B-2 que partió de la base aérea de Eglin en Florida, hundiendo la misma a un antiguo buque carguero cuyo nombre era M/V Monarch Countess. Se trata de un nuevo paso en la mejora de capacidades de ataque a blancos navales de la fuerza, tratándose esta de una alternativa de bajo costo y sumamente eficaz.
Al respecto el coronel Matthew Caspers, quién se desempeña como director de la Dirección de Municiones del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (localizado en la mencionada base de Eglin), manifestó: “El desarrollo de esta tecnología ayuda a brindar superioridad tecnológica para garantizar que Estados Unidos pueda defender nuestros intereses, mantener la libertad de acción y tomar la iniciativa en grandes áreas marítimas.”
Cabe recordar que la demostración en cuestión no es la primera que realiza la USAF como parte del programa QUICKSINK. Iniciadas las pruebas de concepto en el año 2021, el principal objetivo del sistema se hallaba en brindar a las aeronaves estadounidenses la capacidad de atacar a las embarcaciones enemigas en puntos débiles específicos, tales como debajo de la línea de flotación y en la parte superior del buque. Para 2022, la Fuerza Aérea estadounidense lo testeaba con bombas guiadas GBU-31 JDAM en una actividad similar a la realizada recientemente.
Respecto de su funcionamiento, ha de plantearse que el sistema probado busca ser también una alternativa al uso de torpedos pesados que son utilizados actualmente para el hundimiento de buques tanto por aeronaves como por submarinos. Este tipo de armamento no sólo resulta más costoso de utilizar que una bomba del programa QUICKSINK, sino que a su vez delata la posición de la plataforma que lo lanza al momento de hacerlo, por lo que la innovación facilitará la realización de este tipo de misiones en más de un sentido.
Ha de mencionarse también que el sistema puede adaptarse a un amplio abanico de armamento ya existente con ligeras modificaciones. En el caso de las bombas utilizadas en 2022, fue necesario adaptar la parte frontal de las mismas, buscando con ello que el sistema de guiado que apunta debajo de la línea de flotación no encuentre dificultades en caso de que la trayectoria haga contacto con el mar antes que con el buque. La flexibilidad también aplica a las plataformas de lanzamiento de las mismas, si bien en esta ocasión se utilizó un bombardero B-2, anteriormente los testeos fueron realizados desde un F-15E Strike Eagle.
Nuevamente en palabras del coronel Caspers: “QUICKSINK es una respuesta a una necesidad urgente de neutralizar las amenazas marítimas a la libertad en todo el mundo. Este programa es único en el sentido de que puede proporcionar capacidades para modificar los sistemas de armas existentes y futuros del Departamento de Defensa, lo que brinda a los comandantes combatientes y a nuestros líderes nacionales nuevas formas de defenderse contra las amenazas marítimas.“
*Fotografía de portada empleada a modo de ilustración: USAF.
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