Durante la semana pasada, la empresa General Dynamics Electric Boat ha puesto a flote al octavo de los nuevos submarinos de ataque de propulsión nuclear clase Virginia Block IV de la Armada de los Estados Unidos (US Navy), mismo que portará la denominación USS Idaho (SSN-799). Particularmente, el hito tuvo lugar en los astilleros que posee la compañía en el estado de Connecticut, lugar donde el submarino quedará a la espera de recibir las últimas instalaciones de equipamiento y sistemas, a fin de iniciar en el futuro las respectivas pruebas de navegación.
El futuro submarino USS Idaho se convertirá en el octavo configurado al Block IV, pero será el vigesimosexto de la clase Virginia de la US Navy; fuerza que invirtió unos 17,8 mil millones de dólares para llevarla a cabo tras la rúbrica del contrato en 2014. Su proceso de construcción tuvo su puntapié inicial en el año 2017, habiendo obtenido su nombre a partir del antiguo acorazado BB-42 homónimo, el cuál entró en servicio en 1919.
En esa línea, cabe recordar que dicha construcción se vió retrasada por diversos motivos, destacándose entre ellas la falta de materiales y de personal calificado necesarios para llevarla a cabo durante el período en el que se extendió la pandemia de COVID-19. Según recoge el U.S. Naval Institute, el ritmo de producción esta situado actualmente en 1,4 submarinos al año, combinando los esfuerzos de Newport News Shipbuilding (de Huntington Ingalls) y de General Dynamics Electric Boat. Específicamente, la primera compañía se encarga de la fabricación de las secciones de proa y popa de cada submarino, mientras que la segunda realiza la construcción de la sección media que aloja el reactor nuclear que los propulsa.
En este punto también resulta útil tener en cuenta que se prevee el aumento del mencionado ritmo de producción dado que, en el marco de la alianza AUKUS, ya se empieza a pensar en iniciar la fabricación de las unidades de la clase Virginia destinadas a la Real Armada Australiana. Para lograr dicha meta en los plazos estipulados, los dos astilleros mencionados deberán alcanzar el ritmo mínimo de producción de 2.3 submarinos al año; de concretarse los planes actuales, esto ocurriría en 2028.
Finalmente, ha de recordarse que la Armada de EE.UU. prevé incorporar un total de 66 submarinos nucleares de la clase Virginia, buscando que esta sea el reemplazo de los antiguos buques clase Los Ángeles y una alternativa de menor costo que los submarinos de ataque Seawolf. Esto último no es un dato menor, en tanto la producción de los nuevos submarinos ha buscado reducir considerablemente el costo total de propiedad (RTOC), algo que se logró con cambios menores de diseño que han derivado en la reducción de costes esperados en materia de mantenimiento y en el aumento de su disponibilidad.
*Créditos de las imagenes: General Dynamics Electric Boat en X
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