El Mando Central del Teatro de Operaciones del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China ha confirmado, a través de una serie de imágenes, el despliegue de una nueva variante del sistema de defensa antiaérea de largo alcance llamada HQ-9B. Estas imágenes muestran el sistema en una configuración renovada, con lanzadores que transportan una clase más pequeña y ligera de misiles tierra-aire, permitiendo albergar hasta ocho por lanzador. Anteriormente, los HQ-9 solo desplegaban misiles más grandes y de mayor alcance, con un máximo de cuatro por vehículo lanzador.

Según el Global Times, estos nuevos misiles más pequeños están diseñados para atacar objetivos de menor alcance, complementando así a los misiles de mayor alcance y permitiendo que cada HQ-9B proporcione más capas de protección. Esta evolución destaca la capacidad del HQ-9B de adaptarse a diferentes tipos de amenazas, haciendo hincapié en la flexibilidad y efectividad del sistema.

El HQ-9B, ampliamente considerado como uno de los sistemas de misiles tierra-aire más avanzados del mundo, ha sido sometido a pruebas extremas por parte de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF). En un ejercicio llevado a cabo en mayo de 2021, una brigada de misiles tierra-aire fue desplegada a 500 kilómetros en un terreno desconocido, donde se probó una versión modernizada del HQ-9 en condiciones adversas, como oscuridad, frío y tormentas de arena. Durante este ejercicio, la brigada logró interceptar con éxito cuatro aviones no tripulados utilizando cuatro disparos, lo que subraya la precisión y capacidad del sistema.

El HQ-9B es, con diferencia, el sistema de misiles tierra-aire de largo alcance más producido fuera de Rusia. Similar a su homólogo ruso, el S-400, el HQ-9B enfatiza la alta movilidad, desplegando misiles, radares y unidades de mando desde camiones móviles para mejorar su capacidad de supervivencia en combate.

Además, el HQ-9B ha demostrado ser un éxito en el mercado internacional, siendo exportado a países como Turkmenistán, Uzbekistán y Pakistán, y, según informes no confirmados, a Marruecos. Incluso Serbia optó por una versión más ligera, el sistema HQ-22, a pesar de la presión occidental para adquirir sistemas estándar de la OTAN.

El alcance de 250 kilómetros del HQ-9B le permite atacar objetivos en áreas de casi 200.000 kilómetros cuadrados, con una cobertura de radar de 360 grados y un sistema de lanzamiento en frío que permite atacar en todas las direcciones. Esta capacidad, junto con mejoras en los sensores y enlaces de datos, marca una diferencia significativa respecto a su predecesor, el HQ-9A, que entró en servicio alrededor del 2000-2001.

Además, el HQ-9B ha sido desplegado estratégicamente en áreas clave como los arrecifes Fiery Cross, Subi y Mischief, en las disputadas Islas Spratly del Mar de China Meridional. Este despliegue se ha interpretado como un mensaje contundente de que China está dispuesta y es capaz de defender sus reivindicaciones territoriales en la región.

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