A finales de este año, la Flota del Báltico de la Armada Rusa vería fortalecida sus capacidades de patrullaje naval con la recepción de un nuevo buque Proyecto 22160, mismo que actualmente se construye en las instalaciones de la Corporación de Construcción Naval Ak Bars y que fuere botado en el mes de mayo. Así fue confirmado por Renat Mistakhov, jefe de la compañía, al medio ruso TASS en el día de ayer.
El nuevo buque, que portará el nombre Viktor Veliky, será sometido a diversas pruebas en el mar a lo largo de estos meses para garantizar sus capacidades operativas; previendo mantener el cronograma de entregas establecido. Al respecto, Mistakhov afirmaba: “Todo va según lo previsto y el barco será entregado este año. El barco ya ha llegado al mar Báltico y se está preparando para todas las pruebas necesarias (…) El 12 de agosto informamos al comandante en jefe de la Armada sobre el Viktor Veliky. Aunque se trata de un buque de patrulla con un armamento no muy potente, se puede utilizar como base y equiparlo con armamento. Se lo hemos comunicado en repetidas ocasiones al cliente.”
Cabe recordar, que este nuevo patrullero sería el tercero botado por los astilleros de Zelenodolsk, siendo los otros el Vasili Býkov y el Dimitri Rogachev, mientras que es el quinto del Proyecto 22160. Los otros dos buques de la clase serían el Pável Derzhavin y el Serguéi Kótov, ambos botados por el astillero de Zaliv. El segundo de estos últimos dos mencionados fue destruído en marzo de este año, tras un ataque ucraniano realizado con drones navales “kamikaze” Magura V5, poco tiempo despues del hundimiento de la corbeta Ivanovets haciendo uso de la misma modalidad de ataque.
Finalmente, recordando algunas de las características de la clase Proyecto 22160, ha de mencionarse que se trata de los más modernos patrulleros de la Armada Rusa y los primeros en ser diseñados con una arquitectura modular que le permitirían integrar un amplio abaníco de sistemas de armas. Cada uno de estos desplaza un total de entre 1300 y 1700 toneladas, aunque su ligereza no necesariamente refleja una gran navegabilidad, mucho menos un blindaje capaz de proteger apropiadamente a la tripulación. Esta serie de cuestiones, conocidas a través de diversas quejas de las tripulaciones de estos barcos, fueron las que derivaron en que el proyecto para incorporar un segundo lote de seis naves fuera cancelado, dejando un total de tres barcos aún activos y otros dos en proceso de ser terminados (incluyendo al Viktor Veliky).
*Imagenes utilizadas a modo ilustrativo
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