A lo largo de más de dos años de conflicto en Ucrania, el complejo industrial militar de la Federación Rusa ha tenido que adaptarse para responder a los crecientes requerimientos de las Fuerzas Armadas. Esta cuestión no se limita únicamente a la provisión de municiones, vehículos de combate y artillería, como buques, sino que también incluye la adaptación de estas plataformas a los cambios que se están produciendo. Uno de estos casos fue señalado recientemente por el CEO del astillero Ak Bars a medios rusos, haciendo referencia a estudios que se están llevando a cabo para modernizar con nuevas capacidades a los patrulleros del Proyecto 22160 de la Armada de Rusia.

Ideados como una plataforma para misiones de vigilancia y patrullaje marítimo en el Mar Negro, los patrulleros del Proyecto 22160 consisten en una serie de seis buques destinados a equipar a la Flota del Mar Negro de la Armada Rusa. En total, los astilleros Zelenodolsk y Zaliv han construido cuatro unidades, a las que se suma una que sería entregada durante el presente año y otra que está en construcción.

Estas unidades han sido desplegadas en operaciones de combate en el Mar Negro durante la guerra en Ucrania, siendo objetivo de las Fuerzas Navales Ucranianas. Así lo demuestran los ataques sufridos por dos unidades por parte de vehículos de superficie no tripulados, que causaron importantes daños, según los reportes, en los buques Pavel Derzhavin y Sergey Kotov.

Aunque estos episodios no fueron mencionados en el reportaje publicado por la agencia de noticias TASS, el CEO de Ak Bars, Renat Mistakhov, expresó los planes en curso para presentar una propuesta de modernización de los patrulleros, enfocándose en sus capacidades de defensa aérea y de ataque antibuque. Al respecto, el funcionario declaró: “Los planes prevén la modernización de estos buques a través de la mejora de los sistemas de defensa aérea y la instalación de armamento con misiles. Su diseño estructural lo permite“. Añadiendo: “Es posible que su diseño actual no se mantenga en absoluto. El barco base es modular. Es más una nave de tiempos de paz. Pero se puede utilizar como base para montar nuevo equipamiento y nuevo armamento“.

La mención a la función y propósito original de los buques del Proyecto 22160 no es menor, ya que el propio CEO indica que “…los buques de este proyecto fueron construidos principalmente para combatir la piratería cuando garantizábamos la seguridad de la navegación bajo la ley internacional y escoltábamos embarcaciones por África para no enviar buques grandes allí. Esta serie fue construida precisamente para eso”.

Si tomamos en cuenta los últimos episodios, tanto en la guerra naval en Ucrania y en otros escenarios como el Mar Rojo, los buques, tanto patrulleros como de otras clases, pueden ser blanco de amenazas asimétricas, como vehículos aéreos no tripulados lanzados en forma de enjambre con el fin de saturar sus sistemas de detección y defensa aérea, siendo el preludio de un ataque con misiles antibuque o, como ocurrió en el caso del Sergey Kotov, con drones tipo SUV cargados con explosivos dirigidos contra la línea de flotación del patrullero y sus sistemas de propulsión.

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