Adquiridos principalmente para misiones de transporte aerotáctico, los Leonardo Spartan C-27J han resultado ser una de las más inteligentes adquisiciones realizadas por la Fuerza Aérea del Perú (FAP) en los últimos años. Y no solo por sus sobresalientes capacidades ampliamente demostradas durante los vuelos realizados tanto a la selva amazónica como entre los aeropuertos en la cordillera de Los Andes. También, por su versatilidad para ejecutar misiones de lucha contraincendios forestales, situación de desastre que debido al cambio climático y a la mano del hombre está afectando extensas zonas de América del Sur.

En estos precisos momentos, estos aviones militares descritos por el fabricante como “polivalentes”, están en plenas operaciones, combatiendo otra de las amenazas contra el país sudamericano: los incendios forestales.

Adquiridos en el año 2013, el primer ejemplar del lote de cuatro aparatos encargados nuevos arribó al aeropuerto de Lima en marzo de 2015, iniciando el paulatino reemplazo de los nobles Antonov An-32B. Estas últimas aeronaves de fabricación rusa, llegaron en la década de 1980 logrando ser muy apreciadas tanto de la FAP como de la Aviación del Ejército, la Aviación Naval y el componente aéreo de la Policía Nacional del Perú, habiendo participado en el conflicto del Cenepa de 1995.

Sin embargo, la decisión de modernizar las capacidades de transporte que están encargadas al Grupo Aéreo No. 8, motivaron la realización de un concurso internacional, donde el sistema C-27J resultó ganador.

Fuente: Leonardo

El cambio de tecnología no generó mayores inconvenientes, las primeras tripulaciones peruanas fueron enviadas a Italia a capacitarse, en tanto un equipo de instructores de Leonardo se instaló en Lima. Pronto, los Spartan empezaron a demostrar sus capacidades, especialmente su potencial de avión “todo terreno”, apto para actuar en un escenario geográfico muy difícil como es el peruano. Su desempeño inicial fue llevar personal militar al Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), donde tiene lugar una guerra de baja intensidad con las bandas de Sendero Luminoso aliadas al narcotráfico.

En mayo de 2016 empezaron a trabajar como parte vital del componente de respuesta a emergencias, y llevaron ayuda en víveres y medicinas a los damnificados por el sismo que sacudió la zona costera del Ecuador.

Y en el 2017 formaron parte del breve pero intenso puente aéreo de auxilio que se estableció en el marco del fenómeno climático de El Niño, que afectó a los habitantes de la costa norte del país con fuertes lluvias e inundaciones.

A partir de octubre del año 2020, las aeronaves de Leonardo vivieron sus primeras misiones de “bomberos desde el aire”, al ser enviadas a sofocar el fuego que amenazaba el Parque Arqueológico Sacsayhuamán, en el Cusco.

Para agosto de 2021, las zonas rurales de los distritos de Andahuaylillas y Lucre, también en el Cusco, los vieron volver en acción, y desde esa fecha han sido convocados a otras partes del país.

Colombia, que también sufrió de este tipo de desastres, recibió ayuda del Perú en enero, cuando 220 contenedores fueron donados para que los puedan operar con la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) en los incendios.

Su más reciente misión exitosa fue  este año hace unas semanas, y tuvo como escenario los bosques de la provincia de Loja, Ecuador, azotada por el fuego que arrasó con miles de hectáreas. Allí realizó se realizaron 13 misiones, con 15.8 horas de vuelo en total, lanzando 40 mil litros de agua.

Hasta que fueron llamados de vuelta y hoy dos aviones asignados al Escuadrón Aéreo No. 844, están ayudando a extinguir las llamas en las regiones Cajamarca, Lambayeque y San Martín, partiendo desde el Grupo Aéreo No. 7 en Piura.

Hablamos de una zona de selva alta con montañas, ubicada al nor oriente del Perú, a donde los Spartan llegaron dotados de los sistemas “Guardian” de Caylym Technologies International LLC. Estos son contenedores fabricados en cartón biodegradable reutilizable, tipo A22, cada uno capaz de portar 1,000 litros de líquido –pueden llevar seis-, para ser lanzados desde la bodega directamente al fuego en pleno vuelo.

En esta lucha comparten esfuerzo con los helicópteros Mil Mi-17 del Grupo Aéreo No. 3, que han activado sus “Bambi Bucket” con baldes colgantes de la marca canadiense SEI Indutries para llevar 2,500 litros o 3,430 litros, según el kit elegido, tomados de directamente de lagos o lagunas.

La FAP tiene entre sus planes de corto plazo la adquisición de dos aviones más para reforzar sus capacidades, una compra que ratificaría la confianza en el sistema multimisión.

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Lewis Mejia
Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú). Maestría en Relaciones Públicas en la Universidad San Martín de Porres. Graduado del Curso de Dirección Estratégica para la Defensa y Administración de Crisis (CEDEYAC) de la Marina de Guerra del Perú y el Centro de Estudios Hemisféricos de la Defensa William J. Perry de la Universidad de la Defensa de EE.UU.; del Programa de Gestión Estratégica del Poder Aeroespacial y Ciberespacio (PROGEPAC) de la Fuerza Aérea del Perú; y del diplomado en Gestión de Riesgo de Desastre, Escuela Superior de Guerra del Ejército del Perú. Corresponsal en Perú

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