A través de declaraciones recientes realizadas por funcionarios del Pentágono, luego de la reunión informativa del martes pasado, EE.UU. ha manifestado su preocupación por el envío de nuevos misiles por parte de Irán para equipar a las Fuerzas Armadas Rusas. Se trataría de misiles Fath 360, mismos que permitirían a Rusia sostener sus propias reservas de sistemas de largo alcance, cuya fiabilidad y poder de fuego serían mayores que las de armas iraníes.
Según ha manifestado el secretario de prensa del Pentágono, Mayor General Pat Ryder, las armas entregadas podrían ser utilizadas en las próximas semanas, aunque no han sido especificadas las potenciales cantidades que habrían sido transferidas. Cabe recordar, que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos publicó esta semana un informe que detallaba como Rusia habría firmado a finales de 2023 un contrato por “cientos de misiles“, cuyos primeros lotes serían aquellos a los que ha hecho alusión el Pentágono recientemente.
Siguiendo esa línea el Tesoro de EE.UU. manifestaba que, durante los últimos meses, diversos grupos de efectivos de la artillería rusa fueron vistos en Irán mientras recibían formación en los sistemas antes mencionados. Si bien no se observó su uso en el campo de batalla todavía, esto confirmó las sospechas de los aliados occidentales de Ucrania, derivando en la elaboración de un nuevo paquete de sanciones contra navieras y aerolíneas de origen iraní que habrían participado del transporte de los misiles.
Resulta útil traer a colación que no es la primera vez que Irán contribuye al esfuerzo bélico ruso desde el inicio de su invasión a Ucrania, siendo frecuente el envío de misiles de diverso tipo y vehículos aéreos no tripulados (UAVs), entre otros sistemas de armas. A su vez, ha de remarcarse que dependencia rusa en la asistencia proveniente de sus socios tiene a su vez otras consecuencias preocupantes para EE.UU., considerando que Rusia repaga estos suministros compartiendo información clave para el desarrollo de tecnología espacial y nuclear. En palabras de Anthony Blinken, actual Secretario de Estado estadounidense, ello constituye “una calle de doble sentido“.
Por otra parte es menester recordar que el Secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin III, se ha reunido durante la semana pasada con sus pares europeos para discutir el aumento de envíos de sistemas de defensa aérea a Ucrania para paliar esta cuestión. La urgencia que ello implica se ha hecho sentir con especial fuerza en los últimos días, en los que Rusia ha realizado dos de los ataques con misiles más grandes desde el inicio de la guerra, causando considerables daños a objetivos militares y civiles.
En respuesta, Ucrania buscó que se le quiten las restricciones restantes respecto del uso de los sistemas de largo alcance suministrados por Occidente, siendo una de las prioridades del presidente Zelensky; quién asistió a dicha ocasión de forma inesperada. La respuesta estadounidense, al menos por el momento, sigue siendo negativa en función de dos puntos principales, a saber: el temor siempre existente en relación a una escalada de la guerra causada por el uso de estas armas y un nuevo relevamiento de la inteligencia estadounidense que ha observado el traslado de los medios aéreos rusos fuera del alcance de los misiles ucranianos.
*Imagenes utilizadas a modo ilustrativo
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