Con el objetivo de reforzar sus capacidades en guerra electrónica, el Ministerio de Defensa de Japón ha solicitado recientemente USD 292.1 millones para el próximo año, destinados a avanzar en el desarrollo de una nueva versión del avión de patrullaje marítimo Kawasaki P-1 de las Fuerzas de Autodefensa.
Según la información divulgada, los esfuerzos se centrarán en mejorar las capacidades de recopilación de información sobre ondas electromagnéticas, necesarias para ejecutar interferencias electrónicas y brindar protección contra amenazas en este ámbito.
En los últimos años, Japón ha estado fortaleciendo sus capacidades militares, tomando en cuenta el entorno cada vez más complejo en la región del Asia-Pacífico, caracterizado por la creciente presencia de China, Rusia y Corea del Norte. A través de este proyecto, Japón también busca mejorar sus sistemas militares en el dominio electromagnético, clave para las operaciones multidominio.
Los planes de desarrollo ya se habían adelantado en septiembre de 2023, cuando la empresa japonesa Kawasaki confirmó la intención de desarrollar una nueva aeronave de vigilancia y patrullaje, con el objetivo de reemplazar los actuales Kawasaki P-1 que opera la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón.
Desarrollado, diseñado y fabricado por Kawasaki Heavy Industries (KHI), el P-1 es un avión cuatrimotor destinado a misiones de vigilancia y patrullaje empleado por la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón. A diferencia de otros modelos, como el P-8 Poseidon, el P-1 no es una adaptación de una aeronave comercial, sino que fue diseñado desde cero específicamente para cumplir con esta función.
Meses después, se confirmó que esta nueva versión del Kawasaki P-1 sustituirá a los cinco EP-3 Orion de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF), los cuales son utilizados actualmente para la recolección de inteligencia de señales (SIGINT), que abarca inteligencia electrónica (ELINT) y de comunicaciones (COMINT). Sin embargo, el EP-3, una variante del ya anticuado avión de patrullaje marítimo P-3C, enfrenta crecientes dificultades de mantenimiento y sostenibilidad, lo que refuerza la necesidad de su reemplazo.
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